“Ojala hayan levantado la voz para decirle orgullosamente al encuestador del INEGI: soy indígena, aunque no hablo la lengua, pero sí formo parte de la cosmovisión de los pueblos originarios”.
En esos términos se expresó Enrique Simón Romero, director de la Comisión Estatal para el Desarrollo Sostenible de los Pueblos Indígenas, al señalar la importancia de que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), cuente bien la cantidad de población indígena que hay en Hidalgo, para que eso se refleje en el presupuesto federal.
Explicó que existe política pública sectorizada y especializada en atender a la población originaria, y es a través de los censos de población como el gobierno federal les designa presupuesto.
“En muchos casos cuando no dicen oportunamente que son indígenas, los pueblos no entran a programas sociales. Y por reglas de operación, en los gobiernos estatales no podemos aterrizarlos en esas localidades porque no están consideradas como población originaria en un catálogo que maneja Instituto Nacional de Pueblos indígenas, como dentro del catálogo del que se maneja en el estado de Hidalgo”, añadió.
Simón Romero manifestó que si los indígenas no aportaron ese dato, “nos costará y tendremos repercusiones diez años, hasta que se realice el otro censo”.
En ese sentido justificó la necesidad para seguir trabajando en materia de focalización a la población originaria para poder abatir sus carencias, pues no es secreto que por muchos años han sido los más vulnerables del país.
La estrategia de la focalización, dijo, se maneja coordinadamente entre las secretarías, dependencias y organismos. Se reconocen los problemas de quienes viven en alto grado de marginación y se buscan soluciones. De esta forma ya hay buenos resultados. En Hidalgo bajó 7 puntos porcentuales la pobreza, mucha focalizada en la población originaria. La entidad invirtió el año pasado más de 2 mil millones de pesos de manera directa y en infraestructura a la población originaria.