Ha ido cambiando la fisonomía de la familia pues ya no es tradicional como antes y esto origina que se vea debilitada en la transmisión de valores, fe y colaboración social.
Se debe reconstruir el tejido social que está dañado actualmente por lo que la Diócesis de Tula atiende a la familia que es una de sus primeras prioridades como una realidad latente todos los días.
Así lo mencionó ayer el párroco de la iglesia de la comunidad San Marcos Cutberto Ramírez en la misa dominical ante decenas de pobladores.
“Nos centramos primero en atender sus realidades de familia y escucharlas, también en la ayuda que se les brinda de parte de la iglesia católica se encuentran apoyo de despensas, consejería espiritual y las canalizamos a instituciones de las mismas parroquias cuando algunas tienen situaciones legales, psicológicas y profesional” refirió.
Expresó que también hay talleres de formación o acompañamiento con los padres de niños de catecismo para hacer conciencia que la familia tiene que hacer una escuela de amor a Dios a el prójimo.
Cutberto Ramírez indicó que igualmente se menciona que la familia tiene que ser constructora de la paz y transmitir valores humanos, sociales, cívicos y religiosos desde su hogar junto a la iglesia católica, vernos los seres humanos como hermanos, respetarnos y ayudarnos.
“Otra visión es preparar o formar a los ciudadanos que quieren casarse por la iglesia para que su matrimonio o familia conozca su fe y ayuden a edificar un mundo mejor desde el núcleo familiar y así reconstruir el tejido social que actualmente se encuentra dañado y transmitir la fe” precisó el párroco.
Por último, dijo que la familia es el pilar de toda sociedad desde tiempos remotos por lo que ahora más que nunca debe estar unida