El sacerdote y representante dela diócesis Tulancingo-Tula Huejutla, Usbaldo Castaño Zapata, criticó la estrategia de seguridad que ha implementado el Gobierno federal, pues ha aumentado la violencia en el país como ocurrió la semana pasada con el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua.
El clérigo refirió que la estrategia de seguridad federal no ha reducido los niveles de inseguridad en el país, por lo que demandaron que se esclarezcan los hechos de violencia en los cuales dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados por presuntos integrantes del crimen organizado, ya que desde hace años la violencia amenaza al país.
De acuerdo el representante de la diócesis es fundamental que se generen acciones estratégicas y contundentes para garantizar la paz en la ciudadanía, pues es una exigencia social, por lo cual solicitó al presidente Andrés Manuel López Obrador dejar de polarizar a la sociedad y promover la unidad.
Agregó que en Hidalgo no existen condiciones de inseguridad mayores como lasque se presentan en otras entidades del país, por lo que reconoció que la entidad se mantiene entre las más seguras, pese a su colindancia con otros estados con mayores niveles de inseguridad.
Dijo que en el estado no existe riesgo para ejercer el sacerdocio, no obstante, hay regiones consideradas como “calientes”, en donde los clérigos se encuentran en riesgo para promover la fe, ya que los integrantes del crimen organizado arremeten contra este sector de la población.
Por ello, enfatizó en la importancia de que se generen estrategias correctas de seguridad en el estado y en el país para que los sacerdotes pueden ejercer su labor con los creyentes y se fortalezcan los valores familiares que son esenciales parala ciudadanía.
Consideró que el Gobierno federal debe cumplir con su función básica de garantizar la seguridad de la población, situación que no ocurre en varias regiones, donde el crimen organizado comete diferentes agresiones a los habitantes.
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El pasado 22 de junio sujetos armados asesinaron a dos sacerdotes jesuitas en la iglesia de Cerocahui, Chihuahua, cuyos crímenes permanecen todavía en la impunidad sin la detención de ningún presunto responsable.