El mes pasado las autoridades de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), autorizaron 90 jubilaciones, y dejaron en espera a unos 30 trabajadores, a algunos de ellos les han venido retrasando ese derecho.

De hecho, la universidad informó de las jubilaciones mediante un boletín de prensa y un par de videos que subió a sus redes sociales.

Esto sucede en un contexto en que la máxima casa de estudios de Hidalgo tiene algunas de sus cuentas bancarias congeladas, así como en el caso de su rector, Adolfo Pontigo Loyola y el presidente del Patronato de la misma, Gerardo Sosa Castelán, como consecuencia de la investigación que realiza la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de la Secretaría de Hacienda federal.

La Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo recibió 122 solicitudes de jubilación por parte de integrantes de los sindicatos Académico y Administrativo de la máxima casa de estudios de esta entidad.

Y llama la atención que más de una veintena de los jubilados a los que sí les dieron luz verde con su petición, han sido cercanos a Sosa.

Entre ellos, se encuentran: Daniel Ramírez Rico, director de la Escuela Preparatoria número cuatro; Alberto José Gordillo Martínez, director de Posgrado; Ramiro Mendoza, líder sindical; Martín Ortiz Granillo, ex director del ICBI; Néstor Quintero Rojas, director de Relaciones Interinstitucionales de 2010 a la fecha.

Lidia García Anaya, actual diputada federal, posición lograda en las negociaciones del Grupo Universidad con Morena; Naishla Mattar García, actual directora de la Escuela Preparatoria número dos de Tulancingo; Mario Santiago Velázquez Jaén, Enrique Gil Borja que fuera director de la Escuela de Medicina y Felipe de Jesús Domínguez Melgarejo.

Todos ellos fueron jubilados con reconocimiento, medalla y moneda conmemorativa, en los pasados días martes 21 y miércoles 22 de julio, y quienes lo acompañaron en sus periodos como secretario general, rector y presidente del Patronato de la UAEH.

Entre 2010 y 2019, la UAEH jubiló a 320 de sus empleados, es decir en cada uno de esos 120 meses atendió a 2.66 solicitantes de jubilación. Lo cual muestra que el congelamiento de las cuentas no ha afectado el proceso de jubilaciones.

De hecho, previo a las jubilaciones de julio pasado, la UIF aclaró que no es verdad “que se trastoquen las cuentas destinadas a percibir subsidios federales y estatales, en el marco de la protección de los derechos humanos de los trabajadores activos y jubilados de la Universidad, así como de los de la comunidad estudiantil, porque se dejaron a salvo 214 cuentas bancarias en las que la UAEH recibe subsidios federales y estatales; dispersa pagos de nómina a los trabajadores académicos y administrativos, tanto activos como jubilados”.