Especialistas del Instituto de Energías Renovables (IE) de la UNAM investigan un proceso, mediante una moderna técnica de secado solar, con la que se aprovecharían numerosos nutrientes de frutas y verduras maduras, incluso darles valor agregado como botanas saludables o harinas para la industria alimentaria.
Alfredo Domínguez Niño, Octavio García Valladares y Ana Lilia César Munguía, ante el problema de que una tercera parte de la producción de alimentos se pierde o desperdicia después de ser cosechada y ya en las casas, lo que “representa un desperdicio de recursos e insumos utilizados en la producción.
En general, hay más desperdicio en los países industrializados que en los que están en desarrollo”. Ante ello, los investigadores ensayan su tecnología para secar frutas como piña, manzana y plátano, además de verduras como nopal, jitomate y flor de calabaza, pero no con los métodos tradicionales de deshidratación mediante el secado a cielo abierto y el secado con combustibles fósiles, a través del secado solar, según explicó García Valladares, líder del grupo de investigación.
Entre sus ventajas destaca prolongar la vida en anaquel, garantizar mayor disponibilidad, permitir almacenamiento a temperatura ambiente, facilitar el transporte y disminuir la producción de residuos.
Y aun con ciertas desventajas: pérdida de estructura, cambios de color y de propiedades organolépticas (sabor, olor y textura, así como la modificación de algunos nutrientes), se pueden aprovechar los alimentos y darles un valor agregado. García Valladares detalló que en el Instituto crearon equipos domésticos, mediante los cuales se puede procesar de 0.5 a dos kilogramos de insumo fresco para promover el uso de esta tecnología en escuelas, hogares y entre el público en general.
También produjeron colectores solares para calentamiento de aire, útiles para los secadores indirectos o mixtos.