Aunque hasta el momento no existe evidencia científica que afirme que los animales transmiten el SARS-CoV-2 a los humanos, es de suma importancia continuar con el monitoreo de aquellos propensos a esta enfermedad, pues la presencia de la Covid-19 en ellos podría generar la aparición de nuevas variantes del virus. “Cuando se sabe que una mascota, por ejemplo, está infectada por SARS-CoV-2 es porque su dueño está contagiado; en algunos zoológicos les realizan pruebas PCR de rutina a los animales para descartar la enfermedad”, afirmó la académica del Laboratorio de Virología de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, Erika Hernández Villegas.
Según informa la UNAM en su portal, los primeros reportes indican que perros y gatos fueron las primeras mascotas afectadas por SARS-CoV-2. Recientemente en Staten Island, Estados Unidos, un estudio reveló que ciervos cola blanca estaban infectados con la variante Ómicron, la cual fue transmitida de un humano a un animal y posteriormente entre animales, y no al contrario. Hernández Villegas explicó que “cuando hablamos de coronavirus en general nos referimos a toda una familia de virus y puede afectar a diferentes especies.
A los seres humanos, en específico, les perjudica el SARS-CoV-2, pero también se ha visto que puede llegar a afectar a animales al ser susceptibles a la enfermedad. Considera que la decisión de sacrificar a los infectados, como en Hong Kong donde 2 mil hámsteres, conejos, chinchillas y cobayas se sometieron a pruebas y a eutanasia, luego de que un trabajador y 11 roedores de una tienda de mascotas dieron positivo al coronavirus, no es nada fácil. Se hace de manera preventiva, indicó. Estas medidas, apuntó, se llevaron a cabo en los casos de influenza aviar y porcina, con el fin de contener los virus y evitar que infecten a los individuos.