La época dorada de Hidalgo como productor de nopal y maguey es cosa del pasado. Consumimos nopales del Estado de México y Puebla. Las familias que tradicionalmente los sembraban, hoy dejaron la tierra y en la mayoría es su tercera actividad productiva que les genera ingresos, antes prefieren trabajar en la informalidad o ser asalariado.
Así lo reveló un diagnóstico “Caracterización del SIAL nopal verdura y fruta en el estado de Hidalgo” del Colegio del Estado de Hidalgo, realizado en la entidad en 2017, informó Edgar Iván Roldán Cruz, doctor en Economía y miembro de esa organización, quien desde 2015 participa en el “Seminario permanente de economía agrícola y políticas públicas” que se imparte en Pachuca.
Recordó que en hasta la década de 1980 el estado de Hidalgo se caracterizó por ser uno de los más destacados productores de nopal (fruta y verdura) y maguey pulquero, hasta que se optaron por nuevos cultivos, como el de la cebada, avena y jitomate, entre otros, que dejaban mayores beneficios económicos a los campesinos.
En Hidalgo se cultivan dos mil 500 hectáreas de nopal fruta, explicó, pero “antes eran cinco veces más esa extensión”.
La investigación y diagnóstico del nopal y maguey realizado en 10 municipios y 20 comunidades, explicó, fue con la colaboración de la SEDAGRO, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura-OEA y el Colegio de Hidalgo.
Precisó que el municipio de El Arenal sigue siendo el principal productor, al concentrar el 80% del total en la entidad, sin embargo, “Hidalgo dejó de ser reducto del nopal”.
El caso del maguey lo calificó como “más alarmante”, refiriendo que Apan ya no es el principal sitio de siembra, mientras que El Cardonal “es el primer lugar en producción de miel de aguamiel”.
Frente a esa realidad, refirió que aún así “Hidalgo sigue siendo de los tres primeros lugares en producción nacional, porque en los demás estados ya no se producen”.
Actualmente, con base en los resultados de la investigación, agregó, “se explota el maguey silvestre sólo para extraer pulque”. La penca se usa además para el forraje y el mixiote.
Hoy se siembran sólo seis mil hectáreas en la entidad, informó.
En 2011 el estado tuvo su Ley de manejo sustentable del maguey, pero no hubo cambio generacional en la cultura de la planta porque, consideró, falta un Consejo Regulador.
Para salir de esta alarmante realidad, el especialista propuso formar una red científica del maguey-nopal; mantener un equilibrio entre lo que cultiva y siembra; una agricultura protegida, para lograr hasta exportar, como lo intentaron unos hidalguenses pero no pudieron satisfacer la demanda que Europa les pedía.
Iván Roldán manifestó que a dos años de la investigación, en la que lo acompañaron colegas franceses, participa en un proyecto que generará acciones para salir del letargo en los cultivos.
Con magueyeros y nopaleros agrupados crearán una marca propia para “pelear en el mercado”; una certificación orgánica con la Cooperación Interamericana de Agricultura de la FAO, en lo que ya tienen un avance de 80%.
Para la producció de maguey, dijo, se cuenta con 10 productores de 10 municipios, y del nppal 30 de cuatro municipios, que en conjunto representan un 5% del total que se produce en Hidalgo de una y otra especie, respectivamente.
Para que este modelo impactara en el estado, refirió que ya se tiene el diagnóstico desde el 2017, el cual fue entregado a la SEDAGRO y ahora se requiere “el impulso al empresario rural y continuidad transexenal”.