Hay un antes y un después del Covid-19

“Comencé con un cuadro leve, dolor de cabeza, resequedad en la garganta, pero en el noveno día la enfermedad evolucionó estrepitosamente, creí que me iba a dar un infarto, sentí un fuerte dolor compresivo en el pecho, no podía respirar y aunque tienes la necesidad de hacerlo, simplemente no oxigenas. Si mi familia no hubiese actuado en ese instante, tal vez no estaría contando esta historia”.

Fernando Mata Castillo, tiene 50 años es médico egresado de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y realizó una especialidad en medicina familiar en el estado de Veracruz, lleva 25 años ejerciendo, y en los últimos años se ha desarrollado en el área de urgencias de conocido centro médico de Pachuca.

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Vacunas para el personal médico

Hace alrededor de un mes, se enfrentó a una situación de riesgo que lo llevó a infectarse, fue el momento en que, dijo, intentó reanimar a un paciente de 57 años, proveniente de Meztitlán.

Tenía neumonía y momentáneamente comenzó a desarrollar un infarto del corazón. El ahora extinto, tenía insuficiencia renal y era diabético, por lo que, pese a los arduos esfuerzos por salvarle la vida, falleció, y entonces el médico se contagió.

“Desde que tuve el primer síntoma me retiré de mis actividades, e inicié todo el procedimiento, acudí al módulo respiratorio y me realicé la prueba, cuyos resultados me llegaron cuatro días después. El reactivo del PCR, determinó que era positivo para SARS-CoV-2”.

El médico refirió que para esa fecha ya no presentaba molestias; sin embargo, dijo, se mantuvo aislado siguiendo los protocolos sanitarios.

“Intempestivamente empecé a sentirme adolorido de las articulaciones, todos los músculos, muy fatigado y empezó a bajar mi oxigenación, estaba morado de manos y cara, mi saturación de oxigeno bajo a 78% cuando lo normal debería ser de 95%”.

Tras presentar un cuadro muy agudo semejante al de un infarto, su familia lo trasladó de emergencia a una clínica particular donde de inmediato fue conectado al oxígeno y donde le realizaron una tomografía donde se advertían las lesiones en pulmón. “Me salvaron la vida”.

Luego de permanecer cinco días hospitalizado, refirió que en su óptica no era adecuado permanecer en un sitio donde todos los días morían personas, por lo que una vez que superó los momentos más críticos, se trasladó a su vivienda, donde se mantiene con oxígeno las 24 horas del día y medicado.

Debido al contacto directo que mantuvo con su esposa “Esme”, como le llama, también se contagió de coronavirus; sin embargo, debido a que se medicó desde el primer instante, su cuadro es menos severo; no obstante, su pareja, indicó a este diario que los medicamentos son muy agresivos “duelen”, y aseguró que el encierro tampoco ha sido muy fácil.

Ambos suman entre sus familiares veinte personas contagiadas en otras circunstancias y en otros puntos de la capital del estado, además de, lamentablemente un deceso. No obstante, se sienten confiados y con fe en Dios, de que saldrán adelante, y de que al contar su historia las personas se sensibilicen y se protejan, pues aseguran que en su vida habrá un antes y un después del coronavirus.

Fernando Mata se recupera de coronavirus en casa y confía en que relatar su historia sensibilizará a las personas que no creen que exista esta enfermedad.