La mayor incidencia de suicidio en la entidad hidalguense se presenta en jóvenes de entre los 15 y 19 años de edad, sin embargo, a pesar de que esa es la tasa con mayor prevalencia, Francisco Javier López Morales, coordinador Estatal de Salud Mental, explicó que este tipo de prácticas han disminuido del 2021 a la fecha.
Este acto en el que las personas deciden atentar contra su vida, es un problema de salud pública que afecta también a sus familias, por lo que en entrevista para El Sol de Hidalgo, López Morales refirió que en 2021 se presentó una tasa del 5.1 por ciento de defunciones por cada cien mil habitantes; 3.3 en 2022 y de enero a julio del 2023, han sido del 1.1:“Esto se debe a diversos factores, entre ellos resaltar que hemos estado implementando diversas acciones a través del Programa Nacional para la Prevención del Suicidio”, dijo.
Entre las actividades que destacan en ese programa se encuentran la detección oportuna a través de tamizajes en los núcleos básicos de salud de los municipios, los cuales son fundamentales para identificar depresión, ansiedad y desesperanza en la población, también tenemos las brigadas de salud mental, las cuales están formadas por un grupo de trabajadores sociales, psicólogos y enfermeras, mediante los cuales acercamos servicios de salud a la población, talleres comunitarios y algunas actividades que fomentan el autocuidado de la salud.
Desde el 2020, contó el coordinador que han implementado una serie de tamizajes que van enfocados a médicos internos y pasantes, para garantizar la atención oportuna de los pacientes con este tipo de intenciones: “En dado caso que se lleguen a detectar alguna señal alarmante o un intento de suicidio, obviamente que contamos con el servicio ancla que es el Hospital Villa Ocaranza, el cual está recibiendo este tipo de pacientes para una detección oportuna”, dijo.
El Día Mundial de la Prevención del Suicidio se conmemora cada 10 de septiembre por lo que el coordinador estatal destacó que debido a que las causas de estas acciones son diversas, en las que influyen aspectos mentales, emocionales y físicos, se debe fomentar en la sociedad la cultura del cuidado de la salud, a través de la práctica regular del ejercicio, la buena alimentación, buena calidad del sueño y dotarle a las personas de herramientas para que puedan tener un mejor manejo del estrés y de sus emociones.
“Debemos estar alerta de las señales que nos pueden dar nuestros seres queridos, estadísticamente, una persona que comete suicidio, llega a tener aproximadamente 18 señales de alerta, es decir, se acercó con alguna persona de confianza a mostrarle alguna señal, le llegan a referir que ya no tienen ganas de vivir”, finalizó el profesional de la salud.