Usando un prototipo de una empresa sueca, que autoriza su libre copia, jóvenes de la Fundación Brazos Firmes, elaboraron 200 caretas en impresoras 3D, que regalaron a los médicos, la mayoría del sector público.

Víctor Arroyo, integrante de la asociación civil, invitó a que hidalguenses se sumen a esta noble causa, pues no pueden fabricar más por falta de recursos y no se darían abasto debido a que tienen tres impresoras 3D descompuestas, la reparación representa una inversión de cinco mil pesos.

Utilizan fécula de maíz, un resorte, una tira de fomy y acetato, lo que representa una inversión de 35 a 40 pesos, explicó.

Su siguiente paso, es fabricar unos tubos, que permitirán duplicar el uso de los respiradores artificiales, para que se usen cuando no sean suficientes para tanto enfermo.

Para elaborar las caretas, debieron adaptar sus oficinas cumpliendo las medidas sanitarias y de esa forma entregarlas sanitizadas, indicó.