“Los niños están en peligro y necesitamos cuidarnos unos con otros. Que se tejan redes de apoyo ante la incapacidad de las autoridades”, dijo monseñor Domingo Díaz Martínez.
Lo anterior, derivado de la violencia ejercida contra infantes, como el caso más reciente y conocido en la Ciudad de México, el arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo puntualizó que es una situación complicada lo que está pasando contra las mujeres y los niños.
“Sugiero y aconsejo que ante todo esto que sucede, nos sintamos cerca, y tomemos la decisión de apoyarnos y cuidarnos entre todos”.
Se ha agudizado porque ha habido impunidad, añadió: “Con el no pasa nada, hacen y deshacen, y no pasa nada, además, le abrieron la puerta a la droga y se vino la delincuencia encima.
“Hay una descomposición en el tejido social; se ha venido relajando desde hace unos 40 años cuando a la educación le restaron valores, la abarataron, la hicieron light, yo creo que lo hicieron a conveniencia. La gente que ha hecho daño debe ser castigada”.
Al cuestionarle si ha sabido o tiene casos de pedófilos o pederastas, manifestó que no los hay en la Arquidiócesis: “No tenemos ningún caso. Se aplicaría el Derecho Canónico y por supuesto todo el peso de la ley. Los sacerdotes tienen principios, y en caso de que sucediera, lo saben bien, van y deben ser castigados”.
“Queremos que, ante la violencia, las autoridades civiles y el gobierno se pongan las pilas. Hay gente que está maltratando a los infantes, a esos necesitamos que sean castigados conforme a derecho. Todo el peso de la ley a quien violente a los pequeños y a las mujeres”, añadió quien preside la Arquidiócesis de Tulancingo, sede la Provincia Eclesiástica de Hidalgo.
Domingo Díaz Martínez subrayó que no piensa ni está a favor de la pena de muerte para quienes cometen este tipo de delitos, lo anterior, ante la reciente polémica de que ésta pudiera existir en México “No, yo siempre he estado a favor de la vida".
Es mejor, dijo, prevenir que remediar", es mejor educar que castigar, es mejor aconsejar que regañar, entonces tenemos que hacer, estar al pendiente para que no haya casos de esos. La persona mientras tenga vida tiene posibilidades de ser mejor. No hay que perder la esperanza. El hombre mientras viva, tiene la posibilidad de tomar mejores decisiones. Aunque parezca imposible, para Dios no hay nada imposible”, concluyó