Del saldo de lesionados por la explosión del ducto de PEMEX en Tlahuelilpan, el pasado 18 de enero, la mayoría estaba afiliados al Seguro Popular, por lo que no tuvieron que gastar un solo peso en su tratamiento, salvo los que fueron trasladados a hospitales privados y están en Galveston, Texas, informó el titular del Régimen Estatal de Protección Social en Salud de Hidalgo, Abraham Rublúo Parra.
Entrevistado en su despacho, indicó que esto no se había mencionado a la prensa, porque lo importante era brindar la atención por la emergencia, en la que lamentó y expresó sus condolencias.
De acuerdo con el corte informativo por el Gobierno del Estado, hasta ayer iban 134 fallecimientos, 68 de ellos el día de la tragedia y 66 que estaban hospitalizados de 81 que eran inicialmente, de los cuales cinco ya causaron alta médica y nueve continúan bajo tratamiento para salvarles la vida, de estos uno está muy grave, dos graves, tres graves y tres delicados.
Y de los 68 que murieron en el lugar de la explosión en la comunidad San Primitivo, 16 restos han sido identificados y entregados a sus familiares.
Personalmente, dijo Abraham Rublúo, acudió donde estaban siendo atendidos los lesionados, para verificar que no hubiera ningún problema, situación que aprovecharon algunos de los trabajadores de la salud de esos centros de salud y hospitales hidalguenses, para pedirle apoyos para reparaciones al inmueble, ayudas funcionales especiales a asegurados y escuchar comentarios de los beneficiados.
Del número de heridos, la mayoría fueron trasladados a otros nosocomios del Estado de México, sin embargo, “mientras nosotros procurábamos pagar para que nadie quedarán sin servicio, ellos tenían un batalla por la vida y no lo lograron”, lamentó.
De los que no tenían Seguro Popular, como el caso de los infantes ingresados en Galveston, Texas, así como de los gastos funerarios, se hizo cargo el gobierno estatal y federal, ya que eso no lo contempla el programa.