Las nítidas alas de una figura angelical, con su halo incluido, se distinguen recortándose por la parte superior de esta imagen tomada por la Cámara Estéreo de Alta Resolución (HRSC) de Mars Express, además de un gran corazón situado justo en el centro. Estas formas parecen destacarse sobre el fondo tostado (o, si queremos seguir con el símil navideño, de color ponche de huevo) de la superficie marciana. El color oscuro es resultado de la composición de los campos de dunas de la zona, formados principalmente a base de arenas de color oscuro, ricas en minerales constituyentes de rocas que también pueden encontrarse en la Tierra (concretamente, piroxeno y olivino).
El “ángel” y el “corazón” están compuestos por varias formaciones interesantes. Primero, la mano del ángel que se extiende hacia la izquierda podría ser una gran fosa de sublimación, formada cuando el hielo se convierte en gas y deja bolsas y depresiones en la superficie del planeta: un proceso que sucede con frecuencia en los cambios de estación. Estas fosas de sublimación se han visto en otros planetas del sistema solar, como Plutón, y también se ven diseminadas por el terreno hacia la derecha. Si nos desplazamos hasta otra de las características distintivas del ángel, su halo, vemos que han intervenido aún más procesos.
La “cabeza” y el halo están formados por un cráter de impacto, creado por un objeto espacial que cayó sobre la corteza de Marte. Al chocar, penetró en la superficie y dejó al descubierto las distintas capas de depósitos que conforman la región del polo sur. Finalmente llegamos al corazón, en cuyo lateral destaca un profundo escarpe (una fila de acantilados o laderas empinadas creadas por procesos de erosión) separado del oscuro campo de dunas que se ve por debajo.
Se desconoce el origen de este material oscuro, que se encuentra por todo el planeta, pero los científicos creen que en algún momento habría existido bajo la superficie, en capas de material formado por antigua actividad volcánica. Mientras muchos nos preparamos para disfrutar de una Navidad tranquila y segura, Mars Express no va a dormirse en los laureles: la sonda seguirá observando y tomando imágenes de nuestro planeta vecino con todo detalle, como lleva haciendo desde que entró en órbita alrededor de Marte en diciembre de 2003