Carlos López Peña, jefe de familia, esposo, padre y abuelo, ha sufrido en carne propia el impacto de la pandemia, no solo porque la crisis sanitaria afectó sus ingresos debido a que la economía se contrajo y tuvo menos trabajo, sino también porque en julio pasado enfermó de Covid-19, pero, contrario a otros, salvó la vida y hoy vive para contarlo.
Dedicado a las ventas la mayor parte de su vida, Carlos, de 51 años de edad, narró en entrevista para El Sol de Hidalgo que, durante el transcurso de la pandemia sus ingresos se han visto severamente mermados, sin embargo, su familia y la oportunidad que el creador le dio de continuar con vida, lo motivan a seguir adelante. “Dios me ha dado salud y vida”.
Para él, como para muchos, la pandemia no ha sido fácil, pues tras superar a la enfermedad y padecer directamente en el bolsillo el golpe del colapso económico, tuvo que ser intervenido de emergencia debido a la presencia de cálculos en la vesícula.
Además, recientemente su suegra enfermó de cáncer, lo que complica aún más su situación familiar.
“Si está bien difícil, con lo poquito que me cae de chamba gracia a dios, la voy sobrellevando. Me motiva, la experiencia de lo que ha sucedido, tanta gente que ha partido y que todavía estemos aquí, pues ya es ganancia”, dijo. Frente a ese complicado panorama tiene claro que este Día del Padre, en medio de la tragedia provocada por el virus de Wuhan, festeja la vida.
“Dios me está permitiendo estar aquí y hasta donde él permita y quisiera seguiré festejando”.
“Porque la economía está mal, definitivo, pero con lo poquito que hay, dicen que Dios aprieta, pero no ahorca), nunca ha faltado comida en la casa", dijo.