La técnica de “encofrar” ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) para inhibir la ordeña de combustible es “más rígido, más resistencia en caso de explosión, más difícil en caso de robo porque deben romper el concreto para poder violar el tubo o abrirlo”, destacó el ingeniero civil por la UNAM y patólogo forense en la construcción, Reyes López Viveros.

Lo anterior al darse conocer en este diario que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) instaló planchas de concreto hidráulico (colchaconcreto) con el objetivo de disminuir el robo de hidrocarburo, que resultó poco efectivo y la cambiaron por la de encofrado con concreto, según contenido de documentos hackeados por el grupo Guacamaya Leaks. Al respecto, el perito o patólogo forense de la construcción, dijo que este tipo de protección “va ayudar a que haya menos robo y si se lo van a robar, romper un metro cúbico de concreto con rompedores tiene que hacer escándalo, todo un show, no va ser tan sencillo”. No se trata de usar un cincel y mazo, no, es equipo especial y el ruido pondrá al descubierto a los ordeñadores, agregó.

Sobre cómo saben dónde “picar” un ducto de Pemex los que sustraen el combustible, informó que hay varias maneras, “es complejo”, pero desde las empresas que participan en la licitación para hacer el encoframiento, por transparencia de qué van a licitar, el personal de Pemex, de los que hacen la obra hasta quien es dueño de un sembradío en cuyos terrenos hacen esos trabajos. En general, el especialista en ingeniería sísmica, estimó que con esa forma de proteger los tubos será más “complejo” para los ordeñadores cometer el ilícito, pues si escarban y descubren concreto, deberán buscar el tramo que no tiene ese material. Mientras que Pemex podría usar un dron que programe para vigilar las instalaciones de ductos donde no hay el encoframiento y así prevenir más delitos.