Los ecosistemas del país están presentes en Hidalgo y cuenta con una variedad de maíces nativos adaptados a ellos, que serían desplazados de imponerse el grano transgénico de Estados Unidos si perdemos la controversia en el panel de dos días con ese país, que no ha demostrado la inocuidad de su producto que desplazaría al mexicano, informaron portavoces de organizaciones civiles que defienden la postura del gobierno federal que lo prohibió desde el año pasado dentro del T-MEC.
En rueda de prensa virtual, desde un hotel de la Ciudad de México, fijaron así la postura Carlos Ventura, integrante de la demanda contra el maíz transgénico y de la Campaña Nacional “Sin maíz no hay país”; Gabriela Guzmán, abogada del Poder del Consumidor; Josefina Rosas, responsable del área de agroecología de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productos del Campo y miembro del movimiento “Sin maíz no hay país”.
Monserrat Téllez, de Semillas de Vida, fue la moderadora, quien respondió la pregunta expresa para este diario, sobre el impacto al campo de Hidalgo en caso de que se imponga la comercialización del grano mutado en México, que por su precio se haría presente en nuestra alimentación diaria.
Luego de recordar que conoce la entidad y vivió aquí un periodo, destacó que “todos los ecosistemas en la República están en este estado, lo cual requiere de una gran diversidad y creatividad que ha sido milenaria para mantener los maíces en esa región, que además han dado como resultado deliciosos platillos; yo estuve en Hidalgo un rato.
“El impacto será genérico de la contaminación transgénica a los campos y a las variedades de maíz por la polinización abierta”.
Particularmente, este grano mexicano es un referente mundial por su riqueza genética de resistencia: “el maíz es una proeza que soporta las condiciones medioambientales desde nivel del mar hasta más de tres mil metros sobre el nivel del mar”.
Por esa razón, los “ojos del mundo”, dijeron las tres mujeres y hombre, están puestos en los resultados de esta controversia con EU, que inició cuando el gobierno federal decretó la prohibición del maíz transgénico que pretende imponer a la venta ese país y que forma parte del T-MEC, pero que desde hace más de 30 años que inició el tratado de libre comercio entre México-Estados Unidos-Canadá, data el conflicto.
De fondo, las autoridades estadounidenses solo ven al grano desde el punto de vista comercial, ya que los mexicanos lo consumimos 11 veces más que los vecinos del norte, que incluso lo dan a sus animales.
Estados Unidos no ha podido demostrar que su grano sea inocuo, exigencia mexicana para poder aceptarlo, es lo que defienden las organizaciones civiles que llevan más de 100 mil firmas de apoyo de un documento en internet para respaldar el decreto de prohibición, en noviembre se conocerá el resultados del panel de controversia, indicaron.