Un aproximado de 80 por ciento de los casos en juzgados familiares tiene que ver con infantes, ya sea porque en el divorcio no se pusieron de acuerdo en cuanto a guarda y custodia o procedimientos de alimentos y patria potestad; por lo que los jueces deben decidir derechos de los menores, informó Saúl Ferman, juez segundo familiar.
Lo anterior, tras señalar que es una labor “dura”, principalmente porque cada día las familias y la sociedad “está más crispada” y complican las resoluciones judiciales.
“Cómo juez puedo dictar la mejor sentencia, la más argumentada, con jurisprudencia, tratados internacionales, pero el primer día de la convivencia llega el progenitor que no tiene la custodia, se hacen de palabras, discuten y todo eso frente al niño, el problema no está resuelto”, expresó.
Al tiempo, comentó que si bien, el juez puede imponer multas, arrestos y solicitar el uso de la fuerza pública, incluso mandar a prisión por no pagar alimentos, el punto es que sigue existiendo el problema, porque las relaciones entre los progenitores siguen siendo violentas, belicosas y sin entenderse.
El juzgador recordó casos de abogados postulantes que llevan entre seis y ocho años en juicio, debido a que “siguen reclamando que no está cumpliendo, que no ha liquidado alimentos o quieren modificar”.