Cuando se habla de empoderamiento de la mujer violentada, es proporcionarle desde el Instituto Hidalguense de la Mujer (IHM) todo el apoyo jurídico y psicológico que ella acepte, para decidir si judicializa su caso o no, informó en entrevista la titular del organismo, Bertha Miranda.
Es una de las principales actividades que realizan, en cuanto una mujer acude a pedir ayuda, se le ofrecen los servicios, tanto para ella como para sus hijas e hijos, según sea, como orientación y atención integral especializada: de trabajo social, psicológica y jurídica, incluyendo el seguimiento jurisdiccional, y servicios específico, enlistó.
Con dichas herramientas, dijo, se llega al “empoderamiento de las mujeres en situación de violencia”, porque la violencia no se concilia.
Por lo regular nada de ese catálogo es para hombres, el “agresor” no tiene espacio en el Instituto, subrayó.
Para ellos está, por ejemplo, la Red de Masculinidades, ahí le brindan su propia ayuda que pida.
“Por lo regular no lo solicitan” las mujeres violentadas.
La funcionaria explicó que la toma de decisión sobre lo que sigue después de un caso de agresión, en cualquiera de las modalidades o tipos, le corresponde solo a la agraviada, en el IHM recibe la información, pero jamás una imposición, orden o indicación de parte del personal.
Si ella opta por la judicialización, se le brinda acompañamiento en el proceso, expresó.
La información es poder, la mujer establece lo que es mejor para ella y si hay hijas e hijos, también, porque al final son quienes conocen a su agresor y de lo que puede ser capaz de hacer en contra de su familia.
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Ellas pueden acudir a los 22 módulos existentes en igual número de municipios, ahí hay personal profesional que las escuchará con toda la confidencialidad que amerita, les abrirá el panorama respecto a su caso para que analicen qué sigue, estableció la funcionaria.