En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, celebrado cada 10 de octubre, la iglesia católica recordó a los feligreses la importancia de tener hábitos que contribuyan al bienestar emocional, por lo que recomendó buscar ayuda profesional y apoyarse en acciones sencillas para mejorar su calidad de vida.
La salud mental es de vital importancia para cualquier ser humano, a través de buenas prácticas tiene la posibilidad de desarrollarse en distintos ámbitos ya sean sociales, familiares, educativos y profesionales, por lo que a lo largo de su vida debe generar habilidades que le permitan vivir con alternativas y soluciones ante las dificultades que se le presenten.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental se define como, “un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad”.
Por ello, además de ir a terapia, se recomendó a los católicos, sobrellevar los malos pensamientos y cuidar la salud mental a través de acciones sencillas como hacer ejercicio de manera regular y contemplar la creación de Dios, para que en días difíciles, los paisajes y las bondades de la naturaleza, sean un apoyo.
Asimismo, se sugirió practicar la gratitud, lo que servirá para reforzar las relaciones con los demás, demostrar amor y otorgar el perdón, también beneficia a quien se deshace de esas cargas negativas; hacer oración, contribuye al fortalecimiento de la fe.
Aprender a decir ‘no’, sirve para estar bien con uno mismo; expresar lo que se siente es una de las herramientas más importantes para no guardar emociones y estar en paz con todo alrededor, cuidar los pensamientos y tomarse un buen tiempo para descansar son también piezas claves que la religión enlistó para estar en armonía con uno mismo, aclarar la mente y continuar con los designios de Dios.