Emoción, angustia, nervios, complicaciones económicas, son algunos de los sentimientos que manifiestan las madres y estudiantes previo el regreso a clases.
Fabiola, madre de Fabián y Raúl, está preocupada porque se ha dicho que pudiera haber regreso a clases presenciales y “lo cierto es que no está preparada” para el gasto que representa.
¿Te causa algún sentimiento el regreso a clases? Sí, económicamente (pausa) y suelta la expresión “quiero llorar”, ella misma ríe de lo que dice y remata “sirve para meme”, acto seguido suelta la carcajada.
En tono más serio, Fabiola, una mujer joven que recientemente regresó a vivir a Hidalgo, luego de una estancia en la Ciudad de México acusa que el gobierno de Hidalgo “casi ni ayuda”, en cambio en la ciudad el apoyo era mayúsculo.
Por economía, ella prefiere continuar con las clases virtuales, porque además del gasto que generan los uniformes, zapatos, libros, útiles, y demás accesorios que se utilizan para el regreso a clases; también se debe contemplar el pasaje diario de ida y vuelta, así como los cubrebocas, el gel antibacterial, el jabón de manos, y un sinfín de etcéteras.
“Está la enfermedad y todo lo de la pandemia, yo creo que todavía no es tiempo de que regresen, aparte no hay mucho presupuesto, no lo teníamos contemplado, yo creo que estaría bien que lo retrasen un poco más ya que haya disminuido nuevamente, quizá por el mes de enero”.
Fabiola comenta que su gasto es fuerte, pues el niño mayor ingresa a secundaria y el pequeño al kínder; nuevamente bromea y dice “imagina, con uno me van a llamar por noviero y con el otro por peleonero”, mejor virtual.
Bastián Carpio, 10 años, estudiante de quinto de primaria, comparte que prefiere las clases de forma presencial, pues en primer lugar convive con sus amigos y considera que aprende más, por el contrario, su mamá Nohemí Ortega, aunque igual se inclina por lo presencial, dice que por el contexto de pandemia es mejor seguir en modo virtual.
“Por lo de la pandemia pues virtual; presencial porque la verdad se motiva más, aprenden más, en lo virtual a veces por mucho que uno esté al pendiente, no hay una disciplina en horarios, y ahí fallamos, tanto padres como maestros”, expresó.
Nohemí comparte que desde que inició la pandemia y las clases virtuales, su dinámica ha cambiado, pues ya no solo hace sus quehaceres en casa, sino que además debe ayudar a su hijo a las tareas “uno valora lo de casa, así como de la escuela, porque no es lo mismo, con el quehacer que ya tiene uno y tenemos que dedicarle un poco de tiempo a las tareas, es más trabajo para las mujeres”.
Cecilia,7 años, estudiante de segundo de primaria, prefiere clases virtuales porque le gusta estar en su casa, aunque no aprenda lo mismo. Lo único que no le agrada es que su amiga Monse, no se siempre se conecta porque tiene problemas con el internet cada vez que se va con su papá.
En cambio, su tía María Guadalupe, menciona que es mejor presencial porque en las clases virtuales solo se conectan una hora u hora y media y lo hayan aprendido bien y la televisión no sirve de refuerzo.
Reconoce que el solo hecho de pensar en el regreso presencial le genera nerviosismo, porque la pandemia y la enfermedad están a la orden del día, pero aun así lo prefiere.