De acuerdo con la información que presenta gobierno de México, se piensa que la presencia del chile entre las culturas mesoamericanas es milenaria, de nombre común chili (náhuatl) está presente en nuestro territorio desde que nuestros antepasados eran nómadas y el modo de subsistencia era caza-recolección.
El chile fue primordial para los antiguos mexicanos y como muestra en distintas ciudades como Teotihuacán, Tula y Monte Albán, se han encontrado vestigios de un amplio consumo de chile entre sus pobladores y los Aztecas habían desarrollado una cultura del chile ya que no solo lo utilizaban para el consumo, sino que le daban varios usos como militares, medicinales, comerciales y hasta pedagógicos (un poco de humo de chile inhalado servía para corregir a la infancia testaruda).
Al día de hoy el chile sigue siendo un participante potencial en la comida mexicana y hemos desarrollado un gusto por la percepción de este sabor.
El causante por el gusto al picante es una sustancia llamada capsaicina, presente en el chile, estimula las neuronas sensoriales que regularmente responden al dolor, está estimulación produce liberación de opioides y endorfinas que neutralizan el dolor, y de esta forma se percibe una sensación de placer y de alguna forma un grado de adicción.
Sin embargo, los capsaicinoides no son adictivos, lo que en realidad les gusta a las personas es el efecto secundario que esto produce en su cerebro, ya que el cerebro busca situaciones que le generen bienestar, esto se le llama retroalimentación positiva.
Así mismo el chile presenta varios beneficios al ser consumido como la quema de calorías, la capsaicina, que es la responsable de la sensación de ardor en la boca, también es la responsable de que el corazón y el metabolismo se aceleren. Debido al aumento de la temperatura en el cuerpo, lo que ayuda a que se quemen calorías más rápidamente, mejora la circulación, se ha demostrado que la capsaicina combate la inflamación de las arterías y ayuda a reducir las enfermedades cardiovasculares, también sirve para combatir el resfriado ya que esta sustancia promueve la sudoración equilibrando la temperatura en el cuerpo, entre otros beneficios.
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Es importante controlar la comida picante ya que algunos estudios han demostrado que, si se padece alguna úlcera de estómago u otra afectación en el aparato digestivo, se debe de evitar el consumo de los picantes ya que podría sufrir alguna irritación.