PACHUCA, Hgo.- Aunque las personas esperan cada año que por la inflación, ocurra el fenómeno económico que coloquialmente se conoce como la “Cuesta de Enero”, y aumenten el precio de la vida diaria e incluso impuestos, y por tanto muchas se preparan ahorrando, disminuyendo sus gastos o bien están en posibilidad de sortear con las tarjetas de crédito, otros no tienen más opción que acudir al “empeño”, pero para que sea un recurso efectivo y no tener pérdidas en el intento hay que adquirir una cierta cultura.
Ana María Escudero, una asidua empeñadora, señala que si bien hay gente que recurre a la Casa de Empeño, de manera casi religiosa, cada enero y después de las vacaciones, no es un recurso que sea para todos, la mejor opción.
“Si bien el proceso no es complicado, si hay un alto riesgo de que, quienes empeñan pierdan cosas que más allá de lo que cuestan, tienen un alto valor sentimental que serían irremplazables”, dice.
Refiere que para ser “pignorante”, como se denomina a las personas que empeñan porque obligatoriamente se debe dejar algo en garantía, hay que tener cierta cultura, mínimos conocimientos para no perder tus cosas y que la refinanciación no genere pérdidas.
“Hay quienes crecimos, viendo a nuestros padres empeñar las herramientas y hasta las ollas de la cocina, pero en mi casa casi todo se recuperaba. Yo me acuerdo que con los años mi mamá, muy prevenida, se hizo de algunas joyas específicamente para poder llevarlas al empeño, para que nos sacarán del apuro para pagar la escuela. Pero esto tiene su chiste y es mejor opción desde donde le veas que pedir préstamos con altos intereses”, contó.
Asegura que hay cosas básicas. De entrada no puedes perder la boleta ni olvidar la fecha de pagar el refrendo así como de ir haciendo el guardadito para recuperarlas rápido. También hay que saber negociar. Y entender que de aquí no sacaras grandes cantidades de dinero y que máximo debes empeñar tres cosas o no las recuperas. Si no tienen eso claro, los que inician en esto de la empeñada, pierden sus cosas”, explicó.
Ernesto Torres, explicó que otra cosa que tiene uno que tener claro al pretender empeñar, es que no te van a pagar lo que los objetos o joyas valen, porque eso genera mucha inconformidad. Dijo que por una joya de oro o plata que puede valer 8 o 10 mil pesos, te pueden dar uno cuatro o cinco mil pesos, porque lo que te pagan es por el peso del metal y no por el trabajo, aunque esta sea muy bonita.
“Nunca te dan lo que vale o incluso lo que tú esperas, tampoco con las máquinas o las herramientas aunque sean nuevas”, compartió.
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Jaime Pineda, quien buscaba empeñar su lavadora automática que dijo la adquirió en diciembre y le costó 18 mil pesos salió decepcionado de una casa de empeño en la ciudad de Tula, dijo que recorrió varios establecimientos de la región y lo más que le ofrecen es 8 mil pesos y que como en realidad no tiene mucha intención de recuperarla, aunque está nuevo, pues considera que tal vez su mejor opción será ponerla a la venta en Internet, como se lo sugirió su hija.
“Me dicen que ahorita hay mucha gente empeñando y pues es poco en realidad lo que ofrecen y que lo mejor pagado son las joyas. Yo la verdad no podría pagar el refrendo porque tengo un familiar enfermo. Yo creo si puedo sacarle más vendiéndose, aunque el problema es que el Internet está lleno de artículos que se venden y te quieren pagar barato”, refirió Jaime Pineda.