Familiares de personas desaparecidas realizan una marcha - manifestación en el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.
Óscar Javier Muñoz Aguilar, presidente de la Asociación Buscando Hasta Encontrarte, busca a su hijo desde hace 13 años desde la hora en que le avisaron que un policía lo había entregado a una camioneta, el 28 de noviembre de 2008, comenta que si hijo del mismo nombre estudiaba gastronomía, era un hijo de familia y simplemente un día ya no volvió.
Con cárteles, lonas y playeras de búsqueda, así como música relacionada con la desaparición de personas, los familiares recuerdan a sus desaparecidos y piden encontrarlos ya sea vivos o muertos, pero tener la certeza de qué pasó con ellos.
Goyita Ortíz expresó que "perder a un ser humano es morir en vida". Se unió al clamor de padres y madres para pedir ayuda de la sociedad en la búsqueda de sus desaparecidos.
Su hijo Gustavo Alberto desapareció el 21 de marzo de 2007, al salir de la secundaria general número uno de Pachuca.
Mónica Orozco, madre de Benjamín, desaparecido el 27 de julio de 2013 aseguró que las desapariciones son una realidad.
Compartió que su hijo vino a un evento de música electrónica junto con dos primos en el municipio de Zapotlán, pero sus primos lo "abandonaron y dijeron se quedó por pendejo".
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Hoy, a nueve años de su desaparición, le promete a su hijo que nunca se cansará de buscarlo: "no quiero dejar de buscarte hasta el último día de mi vida".
María Olivia Morales Tovar busca a su hijo Lorenzo, quién desapareció en el panteón de Atotonilco de Tula el 23 de enero de 2021.
Expresó que "es difícil vivir el día a día pensando si ya comieron o si están bien. No se lo deseo a nadie. Es desgastante, me paso los días llorando día y noche. Salió y ya no regresó a la casa desde hace cinco años".