Alrededor de 30 vecinos de la colonia Azoyatla en Mineral de la Reforma, alzaron la voz ante el desabasto de agua que prevalece desde hace medio año en la calle Guerrero y que se ha acrecentado en los últimos tres meses; Lilia Alvarado, vocera vecinal, refirió que las familias han emitido reportes a la Comisión de Agua y Alcantarillado de Sistemas Intermunicipales (Caasim) desde el mes de abril, sin embargo, no han tenido respuesta favorable.
Desde la citada calle, los habitantes explicaron a El Sol de Hidalgo que antes el vital líquido les era distribuido tres veces por semana, luego disminuyó a dos con poca presión y ahora de vez en cuando: “El día que llegan a abrir la red, solo cae en la parte baja de Guerrero y sin presión…nos han dicho que la red de agua está tapada, pero no hacen nada por repararla”, lamentaron.
Rita; Antonia y Angélica, algunas de las tantas jefas de familia afectadas, mencionaron que en los últimos tres meses han hecho más de 10 reportes a la dependencia para solicitar pipa de agua, obteniendo solo en dos ocasiones respuesta, por lo que no les alcanza para cubrir todas las necesidades básicas de higiene.
Señalaron que en la sexta de Guerrero, se tiene cierta preferencia con los camiones de agua, debido a que en la zona viven piperos de la Comisión e indicaron que desde que se construyó un salón en la primera privada del mismo nombre, comenzaron a notar las deficiencias en el suministro.
Esta situación, les ha obligado a realizar diversas acciones como pedir agua regalada a la colonia aledaña Campestre para llenar garrafones de agua y trasladarlos hasta su domicilio; además, aunque hacen todo lo posible por ahorrar y reutilizar, la situación se ha vuelto complicada, sobre todo para las personas adultas mayores, quienes no pueden moverse con facilidad o que están incapacitados para cargar.
“Hay vecinos que ni siquiera tienen teléfono, que no saben nada de tecnología como para pedir sus pipas o hacer sus reportes, las señoritas de Caasim últimamente también son muy groseras, si ellas están fastidiadas de tantos reportes, nosotros más de no tener agua”, expresó una de las vecinas.
La problemática, también los ha orillado a cooperar para adquirir pipas, cuyo costo oscila entre los 1500 y 2500 pesos; en particular, la señora Susana, contó que cuando los precios eran más accesibles, compraba una sola pipa para su domicilio y le duraba aproximadamente un mes; no obstante, con el incremento, le es casi imposible adquirirlas.
Pese a lo anterior, los vecinos siguen pagando puntualmente sus recibos de agua, se deslindaron de tener toma clandestina en sus domicilios o negocios, pidieron pronta solución y adelantaron que de seguir sin agua, se verán en la necesidad de manifestarse frente a la Comisión.