No todos los infantes celebrarán este Día del Niño. A la mayoría los festejarán de acuerdo a las posibilidades de sus familias, para otros el día será uno más, porque deberán salir como siempre a trabajar en las esquinas, en jardines públicos de las ciudades o en el campo para poder apoyar a sus padres.
Para Leonor Hernández, vecina de Acaxochitlán, es importante enseñar a los hijos a bordar y vender, sobre todo por necesidad. Y, aunque los pequeños se divierten en la localidad de Chimalapa, correteando las borregas o con carritos artesanales, anhela un mejor destino para ellos, “Yo no quisiera que mi niña se casara y fuera mamá a tan corta edad, como yo. Ojala fueran profesionistas, pero la pobreza nos marcó”.
Leonor explica que fue mamá a los 13 años, y la realidad, hoy en día, sigue igual para muchas mujeres. Generación tras generación la historia se repite.
“Hay pequeñas dando a luz; se quedaron como yo, sin infancia”, precisó.
Tan solo en el Hospital Regional Tulancingo, el año pasado se censaron 157 partos de niñas en el rango de edad, de 12 a17 años.
Hidalgo es un estado lleno de contrastes. Mientras hay quienes gozarán de la compañía de sus papás, este 30 de abril y de las sorpresas que les llevarán; otros estarán aprendiendo mecánica, a bordar o a cantar para ganarse la vida.
Historias de vida, cada una diferente, desde los que aprenden a elaborar artesanías a muy tierna edad o incluso, los que quieren ganar dólares, para irse “pa´l otro lado”, como lo hicieron algunos familiares.