Desde hace 16 años, el 2 de abril fue catalogado como el Día Mundial de la Conmemoración sobre el Autismo, con la intención de informar sobre la condición, así como garantizar los derechos, el bienestar, respeto y el trato igualitario de las personas que la padecen.
De acuerdo a los resultados del estudio CUMA, 2016, en México 1 de cada 115 niños tiene Trastornos del Espectro Autista (TEA), las señales se centran en los primeros años de vida y aunque duran toda la vida, con la atención y trato adecuado, las personas pueden aprender y desarrollar sus habilidades para tener una mejor calidad de vida.
Algunos de los signos son de comunicación, cuando el infante tiene retos en el habla, no señala o repite lo que escucha; de manera social, tienen dificultades para relacionarse, no establecen contacto visual y tienen retos para el juego simbólico como ser un doctor o imitar a un personaje.
De manera conductual, los niños tienen intereses muy específicos y particulares, por lo que se les dificulta cambiar su rutina, pueden llorar o reír de manera espontánea o sin causa aparente; en la interacción sensorial, algunos ruidos les parecen irritantes, no tolera algunas texturas y algunos olores o sabores le resultan intolerantes.
Por ello, es importante que al conocer la condición de la persona, se trabaje en la destreza del lenguaje, del movimiento; que se desarrollen habilidades cognitivas o de aprendizaje y se canalicen adecuadamente las conductas hiperactivas, impulsivas o distraídas, para aminorar las repercusiones en hábitos de alimentación y sueño.
La adecuada inclusión de las personas con Autismo se basa principalmente en fomentar la comunicación, socialización y educación, para garantizarles una mejor calidad de vida, con atención integral y donde puedan desarrollar todas sus habilidades, capacidades y talentos.