El Auditorio Salvador Toscano, en el exconvento de San Francisco en Pachuca, se convirtió en la sede para el conversatorio e inauguración de la exposición “15 Años de Cartonería en Tepeapulco y Grandes Maestros del Arte Popular”, en la que en una muestra con más de treinta piezas los maestros cartoneros José Francisco Chalico y Alejandra Espinoza, ofrecen un recuento de su trabajo en este arte y rinden un homenaje a algunas de las figuras más destacadas de esta técnica muy mexicana.
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La conmemoración que también forma parte del 85 aniversario del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Hidalgo, comenzó con un recuento histórico de la cartonería en Tepeapulco, donde se encuentra el taller Ehécatl.
“Hace 16 años, después de haber aprendido la cartonería en la Fábrica de Artes y Oficios de Oriente (Faro), en la Ciudad de México, llegamos a Tepeapulco y encontramos un vacío cultural. Con el apoyo del cronista municipal Miguel Ángel Monroy, nos adentramos en la historia del municipio y encontramos que la cartonería estaba presente en los grafitis novohispanos hallados en el exconvento de San Francisco”.
“Uno de los grafitis novohispanos que más llama la atención se ubica en los guardapolvos del recinto, en el que se representan diversas figuras de carácter festivo precisamente como las mojigangas, judas y piñatas, esto nos hace saber que en el siglo 16 ya se empleaba la cartonería en Tepeapulco”.
Refirió que en esa época las piezas eran elaboradas con paja, y que de esto se conservan vestigios en el Museo de Arte Popular, donde también se hallan otras obras elaboradas con carrizo y hojas.
“Con la llegada de los españoles también se realizaron nacimientos vivientes, que también marcan la transición de estos materiales más rudimentarios a la utilización del papel, por lo que, en Tepeapulco, la cartonería tiene sus antecedentes en las ferias tradicionales y religiosas”.
Explicó que en sus inicios la cartonería no fue considerada arte y que el proceso de industrialización del municipio, específicamente en Ciudad Sahagún, hizo que el gusto por la cartonería se fuera perdiendo, por lo que se estima que fue en 1970 que ya no se le dio continuidad.
Refirió que fue hace 16 años, que tomando todos estos antecedentes en su taller realizaron y luego se quemaron 21 judas, con lo que se marcó el reinicio de esta tradición en Tepeapulco.
En su intervención, notablemente emocionada, con lágrimas en los ojos, Alejandra Espinoza, quien en su haber cuenta con cinco premios del Concurso Estatal de Artesanías, entre estos un primer lugar, refirió que la cartonería es la forma de expresión más importante que la vida le ha dado.
Indicó que “Patitas”, es una de sus piezas favoritas y que esto se debe a que le llevó más de un año encontrar la inspiración para poder concluirla.
Asimismo, aseguró que su trabajo con los niños ha sido uno de los quehaceres más gratificantes, pues afirmó, es a través del Taller Ehecatl, que, está convencida, ha sembrado “semillitas” que aprecian el arte y que se han convertido en seres humanos sensibles.
En su intervención Macaria Olvera, maestra cartonera del municipio de San Salvador, y una de las figuras más destacadas de este arte popular en Hidalgo, exteriorizó su deseo porque la ciudadanía revalore el trabajo que realizan con la cartonería y aunque reconoció que actualmente, muchas instituciones educativas y organismos gubernamentales organizan concursos y promueven la creación de figuras, no se hace con la dedicación y con el conocimiento de lo que este arte significa.
“Cada vez es más común que las piezas de cartonería ocupen un espacio en las ofrendas, que haya concursos en las escuelas, pero esto requiere tiempo y dedicación una pieza no se puede crear en tres días, y también se hace sin el conocimiento cultural y sin que se infunda el conocimiento por su creación”.
Al concluir el conversatorio los artistas realizaron un recorrido por la galería que permanecerá abierta al público hasta el próximo 16 de enero y en la que se exhiben más de 30 piezas de artistas
provenientes de distintos estados de la república y en los que destacan piezas como una muñeca encuartada de Corpus Christi, que data de 1920 y Palomita, una muñeca autómata proveniente del estado de Aguascalientes elaborada con papel y cartón.
En la muestra también destacan las piezas del mexiquense Gerardo Gómez con una sirena llamada “Cantándole a la vida”; la Virgen de la Purísima Concepción del morelense Los Ramírez Castañeda, así como Towi Pinto, del chihuahuense Héctor Enrique Zárate de la Fuente.