Conde de Regla: La historia del hombre más rico del Virreinato que vivió en Hidalgo

Fundó la Hacienda Santa María Regla y fue dueño de seis haciendas y se desposó con una descendiente de Moctezuma II

Susana Hernández /  El Sol de Tulancingo 

  · lunes 17 de junio de 2024

Pedro Romero de Terreros pensó en revestir a Pachuca de plata / Cortesía: Cortesía: Real Archivo de Hispanoamérica

Hidalgo es un estado con miles de mitos y leyendas, pero también con cientos de personajes históricos y lugares emblemáticos que le dan una belleza particular a las tierras hidalguenses, como lo es la hacienda de Santa María Regla.

La hacienda de Santa María Regla fue edificada durante el Virreinato y es sin duda una de las construcciones históricas más bellas e importantes en Hidalgo, además que fue edificada gracias al español Pedro Romero de Terreros, Conde de Regla y el hombre más rico de América en el siglo XVIII pero, ¿quién fue?

El Conde de Regla nació el 10 de junio de 1710 en Cartagena, España, y fue el quinto hijo de sus padres José Romero y Ana de Terreros.

Desde muy joven demostró habilidades intelectuales notables por lo que sus padres consideraron para él el camino eclesiástico sin embargo, su tío Juan Vazquez de Terreros lo llamó para que viajase a la Nueva España, específicamente a Santiago de Querétaro para que se hiciera cargo de sus negocios que iban en decadencia.

Una vez en tierras de la Nueva España, Pedro Romero de Terreros sacó a flote los negocios de su tío y los hizo más rentables y beneficiosos en poco tiempo.

Así fue su llegada a Hidalgo

Luego de la muerte de su tío, Romero de Terreros viajó a Real del Monte porque sabía de la existencia de grandes vetas de oro, plata y otros minerales.

Una vez en La Vizcaína, asentamiento donde se explotaban estos minerales, Pedro Romero no tardó en hacerse el único dueño y se dedicó a la minería en este lugar hasta su muerte; se dice que en 1746 había más de 900 familias de trabajadores en este yacimiento.

El lugar se eligió estratégicamente por su cercanía con Real del Monte y cuenta con varias habitaciones, una parroquia, túneles y una mazmorra.

Además de la minería, Romero fue muy distinguido por ser benefactor y patrocinador de conventos y colegios franciscanos en todo el territorio de la Nueva España.

Posteriormente se casó con María Antonia de Trebuesto y Dávalos, hija de una de las familias más distinguidas del Virreinato pues era de la familia de los Condes de Miravalle, descendientes del emperador Moctezuma II.

Pedro recibe título de Conde

Gracias al notable trabajo de Pedro Romero de Terreros como banquero, explotación minera, benefactor, culturales y religiosos, en 1768 el rey Carlos III lo nombró Conde.

Él eligió el nombre de Conde de Santa María Regla, en honor a la Virgen de Regla, por lo que también nombró así a su principal hacienda, San Miguel Regla.

Para ese entonces, las grandes vetas que poseía hicieron que el Conde de Regla se hiciera el hombre más rico del Virreinato, en territorio americano, durante el siglo XVIII.

Para 1767, era dueño de las haciendas de Santa Lucía Molino y La Gavia, en Estado de México; San Javier en Hidalgo; Xalpa, Portales y el Rosario en el extinto Distrito Federal; San Cristóbal, en Acámbaro, Guanajuato y Ajuchitlán en Colón, Querétaro.

Pedro Romero también fue el fundador de Nacional Monte de Piedad, que anteriormente se llamó Sacro Real del Monte de Piedad de Ánimas, el cual casi como hoy, ayudaba a los españoles durante sus problemas financieros.

Pachuca sería revestido de plata

Un proyecto sobresaliente de Pedro Romero de Terreros fue la idea de pavimentar con plata la calzada que uniría la ciudad de Pachuca con el puerto de Veracruz, esto para la llegada del rey a la Nueva España sin embargo, el proyecto nunca se concretó y el rey nunca visitó América.

Para seguir complaciendo al rey Carlos III, el Conde de Regla le regaló un buque de guerra con 80 cañones y otro barco con habitaciones revestidas de piedras preciosas.

Decadencia

Mientras más crecía el poder de Romero de Terreros también lo hacía los problemas con sus mineros por lo que decidió quitarles parte del mineral que extraían, del cual tradicionalmente podían quedarse una parte.

Por ello, en 1766 estalló una revuelta de mineros, la cual fue considerada la más importante en el Virreinato; esto afectó la reputación de Pedro y la suspensión de las labores afectó de sobremanera su economía.

No obstante, Pedro Romero prefirió cerrar las minas antes que ceder a las demandas de sus trabajadores, por lo que se retiró a sus haciendas de San Miguel Regla y Santa María Regla.

El Conde de Regla murió en 1781 en su hacienda San Miguel Regla pero fue enterrado en el panteón de Santa Paula, Ciudad de México pero fue trasladado a Pachuca, donde sus restos descansan en el altar mayor de la iglesia del convento del colegio de San Francisco, de donde fue benefactor.