La tarde de este jueves 8 de junio se llevó a cabo la Solemnidad de Corpus Christi, celebración que congregó a centenares de feligreses en la parroquia de la Asunción de María en Pachuca, quienes recorrieron las céntricas calles de la ciudad con el Santísimo Sacramento para concluir en la Basílica Menor de Santa María de Guadalupe mejor conocida como 'La Villita', en donde las actividades cerraron con homilía.
Previo a la salida, Miguel Peña, párroco de la Asunción, explicó basándose en la Encíclica del Papa Francisco que la iglesia vive de la Eucaristía y que María ocupa un lugar muy importante para ella, debido a que fue la primera que llevó en su seno a Jesús "A lo mejor allá afuera para muchos vamos a ser un grupo de personas que se dejan manipular, fanáticas, hay mucha gente que no cree, que se va a burlar, pero nosotros vamos con el señor y él también va presente", refirió.
En una base de madera, acompañado de un arreglo de múltiples girasoles, se colocó al Santísimo Sacramento, el cual se turnaban para cargar de 8 a 10 hombres; al frente de la procesión iban las banderas de México y los estandartes de la parroquia de Santiago Apóstol del municipio de Mineral de la Reforma y de la parroquia de la Asunción de María Santísima, luego los monaguillos y atrás del símbolo Eucarístico la multitud de al menos 300 feligreses, quienes con vestimenta blanca y amarilla, así como con banderas y globos de la misma tonalidad, realizaron cantos e iniciaron la caminata sobre la calle Julián Villagrán.
Al dar la vuelta en la calle de Vicente Guerrero, casi esquina con Justino Fernández García, en la plaza Juan C. Doria, hicieron la primera parada, en donde colocaron la Sagrada Comunión en otra base para hacer reflexión; posteriormente hicieron lo propio en el estacionamiento de casa Tellería de la misma calle, en donde otro grupo de personas esperaba con cantos; con jaculatorias, en la entrada del mercado Barreteros, se llevó a cabo la tercer parada donde adornaron el pequeño altar con la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles, patrona de la Arquidiócesis de Tulancingo.
Al dar la vuelta en Plaza Juárez, centenares de feligreses de todas las edades ya se habían unido a la caminata; mientras unos cantaban, otros salían asombrados de sus negocios para ver pasar el símbolo y persignarse ante él. De esa manera, todos llegaron hasta la cuarta parada, frente a la altura del restaurante ‘Los Portales’, donde ya algunos asistentes esperaban con alegría y fervor, lo mismo que en la quinta y última estación, ubicada en el Parque de la Familia, en donde se instaló una carpa y los fervientes católicos recibieron la bendición antes de llegar a ‘La Villita’, para finalizar el acto religioso.
Una situación que llamó la atención de los asistentes fue la asistencia de un lomito callejero, quién se unió a la procesión a mitad de camino para acompañar a los párrocos y a todos los feligreses, en el también conocido también como la celebración del Día de las Mulas, el cual se celebra cada año 60 días después del domingo de Resurrección de Jesucristo.
Al respecto, el padre Marciano Reyes, párroco de la iglesia de San Francisco, explicó en entrevista para El Sol de Hidalgo, que esta Solemnidad data desde el año 1208 cuando una Santa promovió la devoción a Jesús Sacramentado y que simboliza que hasta los animales pueden reconocer a Cristo en la Eucaristía: “San Antonio de Padua en Italia fue desafiado por un no creyente que le decía, cómo me pruebas que está Cristo en la Eucaristía y le dijo, hasta los animales lo pueden reconocer”, situación que demostró al poner heno y el símbolo ante una mula, quien primero se hincó ante la Eucaristía antes de comer.