A un año nueve meses dela pandemia, parece que quienes laboran en la Central de Abasto de Pachuca le han perdido el miedo al Covid-19, pese a que recientemente su variante Ómicron puso a temblar al mundo, según constató este diario durante un recorrido realizado por el lugar.
Aunque la Sedeco, dependencia a cargo del complejo, rehabilitó el arco sanitizante del acceso al complejo desde que inició la emergencia y éste sí funciona, por los pasillos comerciantes y compradores circulan normal.
Incluso, la mayoría delos locatarios atiende a sus clientes sin cubrebocas, o bien, lo tienen mal colocado, justo en la zona de la papada. Dentro de cada establecimiento laboran más de dos empleados que charlan y ríen entre sí como si no hubiera pandemia.
Las zonas de entrada y salida del establecimiento comercial están controladas, sin embargo, nadie realiza toma de temperatura, ni cuida la aplicación de gel antibacterial; en los puestos, tampoco se ofrece este insumo.
En agosto pasado, en el contexto de la tercera ola de coronavirus Covid-19, la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) reforzó las medidas para prevenir la propagación de la enfermedad.
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En aquel momento la dependencia informó sobre la entrega de mil 200cubrebocas y aplicación de gel. Además aseguró, a través de un comunicado, que se aplica todo el protocolo sanitario a los visitantes, sin embargo estas tareas no son permanentes.