El colibrí está en peligro de extinción, son especies protegidas; pese a ello, en uno de los mercados de Tulancingo, los ofrecen, muertos (disecados), en 250 pesos, dice un yerbero: “para amarrar a alguien”; se los traen de otra parte, pues “aquí es bien difícil conseguirlos”, comenta.
El Código Penal Federal (CPF) describe las conductas y actividades que se consideran delitos, así como las sanciones aplicables, y, entre los tipificados se encuentran aquellos contra la biodiversidad.
El artículo 420 cita que se impondrá de seis meses a seis años de prisión y por el equivalente de mil a veinte mil días de multa, a quien, pero además pena adicional hasta de tres años más de prisión y hasta mil días multa adicionales, cuando se realice con fines comerciales. El objetivo de la aplicación de la ley es no poner en riesgo la viabilidad biológica de una población o especie silvestres, por ello, la Ley para quien trafique, capture, posea, transporte y acopie especies de flora o fauna considerada endémicas, amenazadas, en peligro de extinción, sujeta a protección especial, entre otro.
EL AVE DEL AMOR
A este chupaflor, se le conoce como el Ave del Amor, o de la Fertilidad, y, es muy solicitada por algunas personas que creen que con la llamada magia blanca o negra, tendrán a alguien, por siempre, a su lado. Refiere el vendedor cuando platica con una clienta que le pregunta sobre el Ave: “no se preocupe le consigo los que quiera y hasta tengo las recetas, el chiste es que consiga su amor y se vaya la soledad”.
De uno a 10 o hasta más por persona, los que quien vaya a comprar, hombre o mujer, necesite, aunque en su mayoría féminas, advierte el yerbero, es quienes acuden a comprarlo.
El comerciante de pócimas, amuletos y veladoras, perfumes y jabones “ven a mí”, vende entre 3 y cinco al mes, pero la venta se puede disparar cuando hay luna llena.
Difícilmente dialoga sobre el origen, pero agrega “soy revendedor; voy al de Sonora a surtirme o me hacen favor de traérmelos de allá”
“Aquí les hacemos el brebaje y les damos el colibrí para que la persona que se desea caiga redondito. El ritual es muy fácil”
COSMOVISIÓN PREHISPÁNICA
El chupamirto ha sido venerado por las antiguas culturas, como mensajero del Sol, y se asocia con el amor y la resurrección.
En nuestro país, en la cosmovisión prehispánica, los pueblos referían que sus vistosos colores eran sinónimo de un buen momento o final feliz. De hecho en el amor, connotaba para los mayas, los deseos de los dioses a los hombres, o incluso hay una leyenda que dice que cuando alguien que ya no está en el plano terrenal, quiere comunicarse con la persona, entonces envía a un colibrí.
Lo cierto es que de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, Protección Ambiental-Especies Nativas de México de Flora y Fauna Silvestres, los pequeños relámpagos vivientes, son especies protegidas, pues están en peligro de extinción.
Se estima que hay 330 especies y todas ellas habitan en América, refiere la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, CONABIO y agrega “no son amuletos, no los compres”, de hecho, su labor en el medio ambiente es de polinizadores.