Tula de Allende, Hgo .- Por décadas, diversas organizaciones han buscado que el gobierno federal en turno destine recursos para mitigar la contaminación y en los últimos años que se emita la Declaratoria de Restauración Ecológica para la región Tula.
Sin embargo, quienes no vivan en la región tal vez no comprendan por qué los habitantes de esta zona de Hidalgo exigen que se otorgue ese reconocimiento y qué efectos tendrá.
Argumentan cinco razones
Sin duda, la organización Movimiento Social por la Tierra (MST), que aglutina a vecinos de los pueblos ribereños de la presa Endhó y los ríos Tula y Salado, es la que ha librado la batalla más fuerte para lograrlo, pues para ello han tomado las oficinas de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y los argumentos más importantes son:
Uno, que en la región Tula existe un grave deterioro ambiental y social derivado de la contaminación. Este se manifiesta en aire, suelo y agua, y en un grave deterioro del hábitat con una grave repercusión en la vida y la salud de la población.
Dos, porque Tula se ha vuelto una “Región de Sacrificio” para darle viabilidad a la zona metropolitana del valle de México, instalándose industrias energéticas y de otro tipo para darle servicio, y mandando las aguas negras de la ciudad y las zonas industriales por los emisores hacia el río Tula y la Presa Endhó.
Tres, porque la Declaratoria es un instrumento que los artículos 78 y 78-bis de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente prevén, justamente para darle estatus legal y reconocer el grave deterioro ambiental.
Cuatro, porque al emitir la Declaratoria, a la par se tiene que generar e instrumentar un programa de remediación y mitigación ambiental y social. Es decir, un instrumento de política pública para atender la problemática.
Cinco, porque los gobiernos históricamente no han atendido las graves enfermedades que padece la población, ni se restaura el medio ambiente, a Tula no se le incluye en programas de agua potable, ni se atienda la pobreza generada por la contaminación. Ni tampoco se impulsa el desarrollo económico con criterio de sustentabilidad.
Francisco Chew Plascencia, unos de los líderes del MST, señala que a pesar de que la contaminación está a la vista de todos, el gobierno y las empresas no reconocen la situación. Asegura, que a pesar de estar en la ley, las autoridades se han negado a implementar la Declaratoria, sin base alguna, “arguyendo falta de estudios, buscando negar este derecho para evadir la responsabilidad del Estado y las empresas.”
Para que se revierta el daño ambiental y social, el MST ha planteado en las mesas de diálogo, que primero es necesario se reconozca la problemática.
“Por ello el primer paso son las declaratorias que son: Ambiental y Sanitaria. En el caso de esta última logramos que la COFEPRIS la emitiera el 2018. Y segundo que haya un programa de restauración, remediación y mitigación que considere íntegramente todas las acciones y recursos necesarios”, dijo.
Dentro del programa, precisó, tendrá que incluirse un plan de salud, de saneamiento y manejo del agua, un programa de recuperación de suelos, un programa de monitoreo, reducción y control de emisiones a la atmósfera, y un programa de monitoreo y sanciones para poner en orden las empresas contaminantes o clausurarlas.
Y se deberá dar atención al rezago social y económico que deriva de la contaminación, y un programa de monitoreo, reducción y control de emisiones a la atmósfera.