En Singuilucan puede visitarse el convento construido en 1540 por los agustinos, y la iglesia, de estilo barroco, erigida en el siglo XVIII. Pertenece a la Arquidiócesis de Tulancingo y se distingue por su altar churrigueresco.
Es una joya arquitectónica considerada de las pocas de este estilo en Hidalgo y que recibe visitas hasta de mil personas a la semana, sobre todo los fines de semana.
De hecho, en la entidad, la parroquia de San Miguel en Atitalaquia y en la Iglesia del Carmen en Ixmiquilpan que data de 1757 , además de la de Singuilucan. En esta última igualmente destaca un gran retablo de madera tallada y dorada que data de 1776-1777 y debajo de la bóveda del coro puede verse una gran pintura sobre tela, de la misma época, que representa la procesión religiosa constituida en honor del aún venerado Señor de Singuilucan.
La pintura es sobre todo interesante por el detalle con que retratan los vestidos característicos de este pueblo en el siglo XVIII. La parroquia presenta una atractiva fachada de estilo barroco sobrio, con columnas pareadas a los lados de la puerta y un hermoso nicho sobre ella, donde se aprecia un crucifijo en relieve.
En su interior conserva lienzos de buena calidad con temas de la Pasión de Jesús y un altar de estilo barroco churrigueresco dedicado al santo patrono.
El Catálogo de Construcciones Religiosas del Estado de Hidalgo menciona que a pesar de sus escasas proporciones, las iglesias que tienen este estilo constituyen ejemplares bien logrados.
En la Iglesia del Señor de Singuilucan se observa un portal plateresco y el altar mayor tiene un frontal de espejo que ostenta un gran nicho vidriado.