La Unidad Deportiva de la cabecera municipal de Chilcuautla, fue el escenario donde decenas de familias de la región del Valle del Mezquital volaron sus papalotes multicolores a más de 20 metros de altura.
Los objetos voladores artesanales surcaron el cielo favorecidos por el viento en lo que fue un viaje de diversión para los pequeños del hogar, mientras que los adultos recordaron los días que ya se fueron pero que viven en su memoria.
El pionero de esta actividad cultural es Juan Pascual, artesano de globos de cantoya y papalotes, quien fue reconocido con una mención honorífica por el Museo de Arte Popular, informó que esta feria de pueblo, se realiza con la aportación generosa de los artesanos.
Los organizadores explicaron que los participantes de este Sexto Festival Internacional de Papalotes, fueron creadores de talla internacional de los países de Colombia y Venezuela.
A ellos sólo se les brinda hospedaje, comida y boletos de avión, no reciben ningún pago para que asistan a este evento, en ese sentido se agradeció a quienes aportan de manera voluntaria para el pago de viáticos.
El evento fue totalmente gratuito, las familias solamente pagaron el costo de cada papalote para que pudieran volarlo, el cual rondaba de los 50 a los 100 pesos por cada artesanía voladora, según el tamaño y detalles.
Los colores y formas que cada papalote no tuvieron límite, solo la creatividad de cada artesano, en el cielo del día se vieron volar papalotes tridimensionales, de tonos arcoíris, en su mayoría construidos con papel china y popotillos.
La noche se iluminó
Aproximadamente a las 19:00 horas cuando la noche comenzó a caer, los primeros globos de cantoya se elevaron por encima del atrio de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.
Los globos de cantoya son un pequeño globo aerostático hecho generalmente de papel de china con una llama dentro, que es alimentada por una parafina, lo que lo convierte en una burbuja de aire caliente atrapada en el papel, lo que permite que se eleven debido a la diferencia de densidades entre el aire en su interior y el exterior.
Los tamaños van desde los 10 centímetros de altura hasta los dos o tres metros, hay burbujas de papel que son adornadas con farolillos que se colocan como cola al elevarse.
Juan Pascual, explicó que estas artesanías no representan un peligro para las campos secos, por lo que es poco probable que causen incendios, ya que se apagan antes de que caigan al suelo.
“Invito a todos a que compren papalotes y globos de cantoya artesanales, de esta manera se apoya los artistas que subsisten de la venta de sus creaciones” enfatizó Juan Pascual.