Felipa Alvarado Pérez, originaria de la comunidad de Santa Ana, cumple una promesa a nombre de su hijo Jorge Alberto García Alvarado, ser mayordoma de su comunidad, donde año con año se realizan actividades sociales – religiosas, que fortalecen la armonía comunitaria entre los pobladores.
Doña Felipa y una comitiva donde la mayoría son mujeres, tejen con hilo y aguja, cuelgas con frutas también verduras, en forma elíptica, para colocarla en el cuello de sus imágenes religiosas, que sacan en procesión desde la comunidad de El Mejay, con rumbo a la Iglesia de Santa Ana.
Durante esta tradición anual, los hombres recogen los primeros frutos de las huertas de higos, garambullos, calabazas, chiles, granadas, duraznos, ejotes, y los depositan en el suelo de la iglesia, donde las mujeres los recolectan para tejer las cuelgas.
Con esta tradición se conmemora el Corpus Cristi, o la solemnidad del cuerpo y la sangre de cristo, que es una fiesta de la iglesia católica destinada a celebrar la eucaristía, su principal finalidad es proclamar y aumentar la fe de los creyentes en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento.
Los habitantes de la comunidad de Santa Ana, creen que al realizar esta celebración pidiéndole a sus santos intercedan ante dios para pedirle agua, ante la sequía que azota a toda la comunidad del Valle del Mezquital.
“Queremos que llueva, queremos que llegue la lluvia al campo, porque vivimos del campo, y ahora los frutos no tienen buen tamaño, buen sabor, o buen color, esto derivado de la falta de agua”, sostuvieron.
La fe de los creyentes es con devoción y esperanza cada acción que realizan desde el corte de las frutas y verduras, así como el tejido de las cuelgas los campesinos lo hacen con esmero.