TEPEAPULCO, Hgo.- Como parte de los actos rituales relativos al tránsito de las Pléyades o Las siete hermanas, como se denomina al cúmulo estelar abierto que contiene estrellas calientes de tipo espectral B, integrantes de la agrupación Petate Social, llevaron a cabo esta ceremonia en la zona arqueológica del Xihuingo, para enmarcar la continuidad de la vida en el Anáhuac
Óscar Díaz Espíndola, coorganizador de este encuentro de tipo prehispánico, refirió que los acontecimientos celestes influyen en lo terrestre de manera que todo está interconectado, por ello, mencionó, los ancestros observaban minuciosa y permanente lo celeste, ya que aseguró estaban conscientes de que toda vida en la Tierra, estaba influido por el cosmos.
Refirió que acorde a los expertos en astrología este momento ocurre con la Luna en Tauro y frente al Sol en Escorpión y se trata de un ciclo ligado al ave Fénix, es decir, de transformación, renovación y renacimiento.
Afirmó que este evento de acuerdo a las culturas ancestrales potencia e incrementa los cambios en toda vida, posee una gran intensidad que influye en el ADN, por lo que durante este momento del cosmos durante tres días antes y tres días posteriores el acomodo celeste llama al descanso, a dormir, para que el cuerpo de ensueño, lo sutil, pueda con mayor facilidad realizar ciertos cambios, ajustes y nuevas adaptaciones en aquello que es cada ser humano.
Indicó que esta ceremonia tiene como objetivo que algunas personas sufran de cansancio excesivo y deseo de descanso, pero que esto no quiere decir que se esté enfermo, sino que es un proceso de mantenerse receptivo de la influencia celeste que influye en la Tierra.
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Explicó que en la cosmovisión nahua este era considerado como un espacio para dormir como una semilla que germinará a algo nuevo y que por tanto indica un proceso de renovación.