Con palmas, júbilo y fe, centenares de creyentes católicos de todas la edades se dieron cita en las inmediaciones de la Basílica Menor de Santa María de Guadalupe en Pachuca, mejor conocida como "La Villita" para celebrar el Domingo de Ramos y dar incio formalmente a la Semana Santa.
Sentados, parados, hincados y en silla de ruedas, los feligreses escucharon la homilía que de manera reflexiva, narró la manera en que Jesús, el Rey Pacífico, vino a cumplir las profecías de Salvación y con ramas hechas de palma de cera en las manos, representaron la alegría con que fue recibido Jesús en Jerusalén.
"Lo recibieron con palmas porque Jesús había curado a los leprosos, pero por eso mismo lo condenaron a muerte, por lo que prometía...pero nosotros vamos a celebrar una gran fiesta, porque dijo que al tercer día resultaría y sucedió", expresó Domingo Díaz Martínez, Arzobispo de Tulancingo.
Por su parte, en entrevista para El Sol de Hidalgo, el padre Marco Antonio quien lleva cinco años prestando servicio en el recinto religioso, explicó el sentido de la túnica en el Domingo de Ramos: "El color litúrgico que nos representa es el color rojo, que se utiliza en los mártires o en algunas celebraciones del Señor dónde nos recuerda la Pasión", dijo.
Este acto religioso da por inaugurada la Semana Santa que representa la Pasión de Cristo: "Aunque como se dijera coloquialmente, la entrega pareciera sangrienta, para nosotros es redención y la entrega de Jesús", recalcó el sacerdote.
Luego de ser agitadas, las palmas son bendecidas y regularmente colocadas en los hogares católicos como símbolo de la entrada de Jesús en los corazones de la familia; en ese sentido, la iglesia recalcó que al colocarlas detrás de las puertas, se debe tener en cuenta que no son de protección.