Por no haber condiciones seguras para los infantes y personas de la tercera edad, el gobierno de Huejutla reubica a los 170 desplazados de Coamila por profesar la religión evangélica, del auditorio municipal a la unidad deportiva desde el 30 de abril.
De acuerdo con los cristianos integrantes de la Iglesia Bautista Fundamental, en el auditorio no había buena ventilación y el servicio de sanitarios era deficiente, tampoco los alimentos que proporciona la presidencia municipal alcanzan y por ello se organizaron entre la comunidad evangélica de otros lugares para llevarles comida, medicinas, pañales, toallas femeninas, ropa, artículos de limpieza personal y despensas.
De acuerdo con su versión, entre los 170 que fueron desterrados, hay niños, niñas, mujeres y hombres, hay tres adultos mayores que requieren de ciertos cuidados por sus enfermedades, ellos reciben cuidados de unas enfermeras cristianas, ya del Centro de Salud es raro que acudan.
“Nos han dicho las hermanas que el traslado al centro deportivo ha sido un gran alivio.
El lugar es amplio, verde, corre el aire, está limpio, hay baños que funcionan (dos regaderas para hombres e igual número para mujeres) y agua suficiente: para ellas sacar agua de una cisterna no presenta ninguna dificultad, pues están acostumbradas a acarrear agua desde un pozo a cientos de metros de distancia de donde vivían antes de que los expulsaran de Coamila, en Rancho Nuevo”, comentaron.
En el caso de la niñez no reciben educación básica ni ahora, ni antes porque les negaron el acceso a la escuela pública.