“No hay nada, nada. Desde hace más de un año he querido investigar y no he encontrado, y eso fue un papelito que decía que el zoológico se fundó el 15 de abril de 1983; es todo, en una hoja de papel. Ni siquiera es algo membretado”, afirmó Maricruz García Beltethon, actual directora del zoológico Nicolás Bravo del municipios de Tulancingo.

La nueva directora del zoológico lamentó que hace casi dos meses que el zoológico municipal cumplió 40 años de su apertura y aunque es uno de los sitios más representativos de Tulancingo, su historia está marcada por el abandono y descuido.

Según relató García Beltethon, esto se ve desde su inicio, pues no hay ningún documento oficial, ni en el archivo municipal, que dé la importancia de la apertura de este espacio, pues se inauguró “muy rápido”.

Bajo este tenor, la directora explicó que el parque zoológico Nicolás Bravo operó con un plan de manejo de casi 20 años de antigüedad, en el que apenas contemplaba los aspectos básicos de las especies y marcaba áreas que no existen en lugar. Pero lo más destacado es que no existían registros médicos de las especies y, los más preocupante, no se sabía el origen de su procedencia.

“Entonces, llego a un zoológico sin un documento, sin un expediente médico de animales, sin un plan de trabajo. Nada”, lamentó García.

De acuerdo con la directora, esta es una de las razones por las que la Profepa, tenía una muy mala imagen del zoológico de Tulancingo, pues el poco interés de las autoridades municipales de la época se hacía notar desde las instalaciones de los animales que se encontraban en malas condiciones.

Añadió Maricruz García que, por estas razones, el actual alcalde Jorge Márquez consideró cerrar el lugar ya que eran demasiadas las facturas que producía y muy pocas las ganancias.

“La culpa la tienen las cabezas, los directores si no le pones ganas, si no le tienes cariño. Todo lo quieren hacer de manera mal y de manera ilícita, de forma que ellos saquen provecho y no los animales”, afirmó Maricruz García.

Expuso la directora actual que, con mucho esfuerzo, la imagen del zoológico Nicolás Bravo está totalmente renovada y no solo en su estructura debido a sus constantes reformas, sino que el concepto que de los tulancinguenses ha cambiado.

García Beltheton compartió que, con una hectárea y media de extensión, hoy en día hay 56 especies con 265 animales en exhibición y cada especie cuenta con un hábitat según sus necesidades y los lineamientos que dictan las autoridades medioambientales.

Respecto a su alimentación, Maricruz García refirió que los animales son alimentados con fruta, costales y pastura, que otorga la presidencia municipal, mientras que la carne y pollo son alimentos que donan algunas carnicerías. Además en octubre, por la temporada invernal, comienzan a vitaminarse y se adecúan sus espacios.

La directora refirió que pese a estas dificultades financieras, la actual administración no ha dudado en cubrir las necesidades y demandas del zoológico hasta donde el presupuesto lo permite, por ello, comenzaron a buscar patrocinadores pues en el lugar se están haciendo muchos cambios para llevarlo a la grandeza.

Igualmente, García añadió que para financiar este noble proyecto en el zoológico, venden verdura fresca, huevos de las gallinas de granja con las que cuentan y una gran variedad de plantas.

La actual directora del zoológico Nicolás Bravo comentó que cuenta con un manual de manejo de 218 páginas que abarca desde los aspectos más mínimos de cada especie, instalaciones para los animales hasta la seguridad para humanos, hecho por el veterinario del lugar.

También dio a conocer que el zoológico cuadruplicó el número de visitantes pues pasó de recibir a 2 mil personas al mes a esa la misma cantidad en una semana, en las mejores fechas según el boletaje que también ayuda al financiamiento del lugar.

García destacó que ahora Profepa busca al zoológico de Tulancingo para que rehabilitar animales rescatados de la posesión ilegal, como es el caso de los tigres de bengala, Diego y Luna, traídos de Guerrero, y en la mayoría de los casos, el parque Nicolás Bravo se convierte en su nuevo hogar por la calidez y dignidad con la que son tratados.