Campesinos del Valle del Mezquital han comenzado a fumigar sus maizales, ante la presencia del gusano cogollero, que se comen el tallo de este forraje, el cual puede llegar a extinguirse antes de que comience a espigar.
Según los campesinos está larva ha comenzado a dispersarse por sus cultivos, los cuales a pesar de la escasez de agua ahora con la temporada de ciclones, ha mejorado su desarrollo.
Los campesinos expusieron que estos gusanos viven en nidos dentro de los maíces, y cuando comienzan generar daño a la planta está se comienza a poner amarillo, situación que preocupa a los campesinos quienes expusieron que se asesoraron con ingenieros agrónomos, quienes les recomendaron los plaguicidas clorpirifos o bacillus thuringensis.
Según información científica, el bacillus thuringiensis (o Bt) es una bacteria gram positiva que habita en el suelo, y que se utiliza comúnmente como una alternativa biológica al plaguicida. También se le puede extraer la toxina Cry y utilizarla como plaguicida.
Mientras que el clorpirifos (nombre de la IUPAC: O, O-dietil O-3,5,6-trichloropyridin-2-il fosforotioato) es un insecticida (se utiliza para controlar las plagas de insectos) organofosforado cristalino que inhibe la acetilcolinesterasa causando envenenamiento por colapso del sistema nervioso del insecto.
Los campesinos explicaron que el proceso de fumigación la realiza de manera manual, “En un tambo de quinientos litros le echamos agua, después ahí vertemos los plaguicidas, se revuelve y después se echa en las bombas manuales, y con fuerza física se recorre surco por surco con aspersores, y así lograr esparcir la mezcla”.
El gusano cogollero que se ha identificado en los campos de siembra y cosecha, es color verde y gris, y crece hasta los cinco centímetros, y se han encontrado, según los agricultores hasta cinco larvas en los corazones de los maíces.