En el sector de salud estatal cayó el abasto de medicamentos a 50 por ciento, coincidieron la presidenta de la Comisión Permanente de Salud en el Congreso local, la diputada por Tizayuca, Vanessa Escalante, así como el titular de la Secretaría de Salud en Hidalgo (SSH), Alejandro Benítez.
Entrevistados por separado, ambos establecieron que en cierta medida se debió porque el gobierno federal no logró afianzar el modelo de compra consolidada, pero quien aportó más detalles fue el funcionario estatal.
“Hasta el 2019 rondaba el abasto de medicamentos entre el 90 al 94 por ciento”, empezó a disminuir en el primer mes que se registraron los casos de Covid-19en 2020 y para el 2022 “se ha acentuado más”, precisó Alejandro Benítez.
En 2020, con la pandemia, los laboratorios elevaron los costos de algunos medicamentos, como un relajante muscular quede 20 pesos alcanzó los 900, ejemplificó, yen otros casos “guardaron los medicamentos y desencadenaron los precios”.
En ese año también desapareció el Seguro Popular para dar paso al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), y se debía suscribir un acuerdo de compra consolidada de medicinas entre la federación y el estado, algo que rechazó al principio el gobierno de Hidalgo por las reglas poco claras para hacerlo, pero terminó firmando y a la postre el Insabi “no tuvo la capacidad”.
Aunque en un intento por superar el desabasto esa Secretaría federal liberó recursos millonarios para que las propia SSH hiciera sus adquisiciones, las farmacéuticas no concursaron en las licitaciones porque les conviene vender sus productos a las farmacias privadas que a un precio preferencial que dicta la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para el sector público, explicó.
Algo similar sucedió en 2009 con la pandemia del AH1N1, recordó, aunque sí favorece a la medicina privada.
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En ese escenario, aseguró que no se pone en riesgo la vida de quienes acuden a los servicios médicos de la SSH, porque cuentan con estrategias para abastecerse.
Por su parte, Vanessa Escalante, también médica, apuntó que en donde es más notorio el desabasto es para quienes necesitan tratar enfermedades crónicas