Qué mejor que unos tamalitos de salsa verde, roja o dulce para esperar el año nuevo junto con toda la familia, porque además de sabrosos son considerados un platillo sencillo de preparar y de bajo costo.
Desde temprana hora en los mercados de la capital hidalguense se observa el movimiento en los molinos por mujeres que acuden por la masa, las hojas y en algunas ocasiones los chiles secos o verdes que son necesarios para la preparación.
Para comodidad de las cocineras, ahora estos negocios entregan la masa lista para untarla en las hojas de maíz y colocarle cualquiera de las salsas con una tirita de carne de pollo o res.
Luego de armar los envoltorios con las hojas de maíz, son acomodados en el fondo de una olla de vapor, la cual permanecerá en el fuego unos 60 minutos hasta que la masa tome una consistencia.
En el caso de los tamalitos de dulce, generalmente, para distinguirlos, la masa se entinta color rosa y se coloca en su interior pasitas o en algunos casos hasta arroz con leche, lo que le permite una consistencia muy equilibrada en los sabores.
Los hay de salsa verde, roja o mole, hasta de guisados, según sea el gusto de la familia y Sandra Castillo Flores ya esta lista para esperar a su clientela tradicional para moler el maíz para tamales.
El molino de nixtamal para tamales se llama El Jalisciense, tiene 19 años en este oficio que ha sido heredado de generación porque primero se dedicó su abuelo, luego él le enseñó a mi padre José María Castillo quien se vino a Pachuca y puso su negocio.
Los tamalitos es una comida tradicional entre las familias para la cena de fin de año principalmente a diferencia de Navidad, “aunque las clientas que llegan aquí nos comparten que son un excelente recalentado porque son calientitos, saladitos, picositos o dulces”.
Desde hace tres años, aproximadamente, los molinos ya ofrecen la alternativa de entregar la masa elaborada para untarla en las hojas de tamal y ponerlos a cocer.
“Es un producto que se obtiene a bajo costo. El kilo de manteca tiene un precio de 55 pesos, el rollo de hojas de maíz entre 50 y 75 pesos según la calidad, mientras que la masa preparada el kilo está en 42 pesos.
Sandra mencionó que entre la pandemia y el alza a la materia prima las tarifas aumentaron, “nos vimos obligados hacerlo, aunque tratamos de subirle lo menos posible”.
De paso, Sandra recomendó a las interesadas en comprar la masa olerla para evitar que se haya descompuesto, que su color sea blanca y no amarillenta, así como esponjadita.