Para hablar acerca del procedimiento denominado “beneficio de patio”, es indispensable nombrar a Bartolomé de Medina, un metalurgista español que radicó en Pachuca y que gracias a su descubrimiento implementó una nueva técnica que permitió separar la plata o el oro de otros metales, mediante el uso de mercurio y sales.
La historia minera refiere que el español nacido en Sevilla, descubrió este procedimiento en las minas de Pachuca y Real del Monte, durante una época en el que los metales preciosos eran una de las principales fuentes de riqueza de los gobiernos y monarquía.
No obstante, los procesos de extracción y separación de metales preciosos tenían grandes deficiencias, por lo que Bartolomé de Medina halló un área de oportunidad desarrollando este proceso, según su biografía, de la mano de un amigo alemán.
En qué consistía la técnica de "beneficio de patio"
Esta técnica consistía en mezclar mercurio, plata, sulfuro de hierro o cobre y triturarlo hasta que adquiriera la consistencia de harina, posteriormente, se esparcía en depósitos generalmente de forma rectangular y con poca profundidad, a la que se les añadía agua, sal y mercurio en cantidades medidas.
El tratamiento duraba varias semanas, periodo durante el que era sujeto a diversos movimientos para después ser lavada, de tal suerte que el mercurio y la plata resultante se podían separar en un proceso en el que se les añadía calor.
La técnica marcó un antes y un después en la minería
Durante la época este método resultó ser toda una innovación para la industria minera, ya que permitió a esta industria obtener plata a un costo menor y estuvo vigente por varias décadas.
Cabe señalar que las innovaciones tecnológicas actuales son más eficientes y de menor impacto con el ambiente; sin embargo, este procedimiento marcó un antes y un después en la minería.
Cuando joven Bartolomé de Medina tuvo un acercamiento con un metalúrgico alemán al que llamaba “Maestro Lorenzo”, quien, presuntamente, le transmitió los secretos para desarrollar su procedimiento el cual pensaban introducir en América.
Sin embargo, el permiso para viajar desde España a México solo lo consiguió Medina, a quien además se le atribuye la Hacienda de la Purísima Concepción, ubicada en las faldas del cerro de la Magdalena, junto al río de las Avenidas.