Las personas adultas son las que más muestran patriotismo e interés por las celebraciones de septiembre y adquieren artículos patrios para sus respectivas casas o establecimientos comerciales a comparación de jóvenes y estudiantes que solo preguntan por los precios de este tipo de mercancía y otras personas quienes algunas llegan a guardar adornos del año pasado y los reutilizan.
Además que en este año se ve más competencia, ya que hay más comerciantes que venden este tipo de mercancía en la ciudad.
Así lo dio a conocer ayer el comerciante ambulante Jesús Ernesto Alonso, quien agregó que también hay otros pobladores que no compran los mencionados productos, ya que le dan prioridad al alimento diario de sus respectivas familias.
“En los primeros días de este mes son pocas las ventas, pues muchos ciudadanos apenas comienzan a notar la presencia de puestos donde se ofertan los artículos patrios y solamente preguntan por los costos y se van” indicó el entrevistado.
Explicó que aunado a esto ahora hay más stands en las céntricas calles que no se encuentran en el padrón municipal en el cual hasta el año pasado eran dieciséis registrados oficialmente.
Jesús Ernesto Alonso refirió que por esta situación los nuevos puestos que no están inscritos en el padrón oficial bajan los precios de algunos productos de temporada lo que representa una desleal competencia.
“La ganancia es poca pues son dos, tres a cinco pesos en cada artículo. Muchos de los comerciantes tienen respectivas familias que mantener y por eso tienen que trabajar casi todo el día” precisó.
Recordó que su abuelo Felipe Alonso Estrada empezó el movimiento de comercio de productos patrios en el año de 1989 en la ciudad de Tula.
Por último, dijo que entre los costos de algunos artículos se encuentran las banderas fabricadas con tela satín va desde los veinticinco a 430 pesos según el tamaño, rehiletes desde quince a sesenta pesos, escudos nacionales desde 40 a 75 pesos, sombreritos en diez pesos, bazuca en cuarenta pesos y trompetas en veinte pesos cada una.