Con una pierna amputada, afectaciones en sus vías aéreas y el 40 por ciento de superficie corporal quemada, así arribó a Galveston, Texas, el infante pachuqueño de ocho años de edad, que jugando en la azotea de su casa agarró un cable con electricidad; desde este fin de semana está siendo atendido por los médicos de un hospital estadounidense.
Lo anterior se desprende de datos recabados desde el día del accidente, el 17 de agosto, y lo que dio a conocer por sus redes digitales la Fundación Michou y Mao que dirige Virginia Sendel.
Sin un diagnóstico oficial sobre su condición de salud, “Alan sufrió quemaduras graves en el 40% de su cuerpo, estaba jugando en la azotea de su casa cuando tropieza y como instinto de supervivencia tiene contacto con cables de alta tensión, es encontrado por su madre quien al mirar que continuaba pegado a la corriente eléctrica, en su intento por salvarlo, lo toca lo que ocasiona que ella también tenga quemaduras severas”, es lo que informó la asociación que dedica sus esfuerzos para que sean atendidos estos casos.
Grupo Relámpagos se encargó de su traslado aéreo del Hospital del Niño DIF en Pachuca al de Toluca, en el Estado de México, y en una ambulancia especial a Galveston “donde recibirá atención especializada y gratuita”.
La Fundación Michou y Mao, finaliza su informe con: “ayúdenos a compartir los consejos de prevención para evitar más accidentes. Recuerden que la azotea no es un lugar para jugar”.