Tomar bebidas azucaradas o energizantes o deportivas es consumir sustancias artificiales que en nada aportan nutrientes al cuerpo y es un “error ingerirlas después de una actividad física moderada”, aseguró la nutrióloga por la UAEH, Quetzalli Contreras Fernández.
Son fabricadas para provocar una sensación agradable y de ahí que la gente las consuma en forma inmoderada, por ejemplo, una soda de 600 mililitros “contiene hasta 15 cucharadas de azúcar, representa el 252 por ciento de lo que debe consumirse para todo el día” en una persona, indicó.
Las sodas o refrescos, jugos saborizados, las deportivas, el té o café azucarado, las bebidas energizantes, las de recuperación de electrólitos, no reemplazan al agua natural o el agua con fruta sin endulzarla; de esa lista, las deportivas “están mal enfocadas, es para deportistas de alto rendimiento y es un error ingerirlas cuando se realizó una actividad física moderada como ir al gimnasio, zumba, trotar, entro otras”.
Su cantidad de calorías contribuyen al aumento de peso y “no suplen a ningún alimento saludable”.
Además del sobrepeso, provocan caries, afectación al corazón, diabetes, padecimientos cardiovasculares, hipertensión, algún tipo de cáncer gástrico, inflamaciones crónicas, debilita el sistema inmune, “gota” (presencia de forma prolongada de un nivel de ácido úrico elevado en la sangre), y hay estudios que demuestran infertilidad y envejecimiento, enlistó.
En el caso de que se tenga diabetes, esas bebidas causarán un sistema inmune débil, será susceptible a contraer Covid-19 en forma grave y derivará en agravar su padecimiento de diabetes, añadió.
En otros países, la soda de cola más popular del mundo “sabe diferente” porque hay un control sobre la cantidad de azúcar y se refleja en una población que no se enferma, comparó.
Recomendó que desde la niñez evitar alimentos azucarados, y en general sustituir por agua y agua con fruta o “por cada vaso de soda, uno a dos vasos con agua”.