Posiblemente, a partir del 2023 no haya disponibilidad de agua potable para los nuevos desarrollos industriales e inmobiliarios en el 40 por ciento del territorio estatal que depende de los acuíferos, si no se obliga a que los constructores incluyan en sus obras infraestructura para mitigar y prevenir inundaciones así como para recarga de agua pluvial, alertó el presidente de la Asociación Mexicana de Hidráulica sección Hidalgo, Rubén Pérez Ángeles.
Con la reforma a la Ley estatal del agua, en la que los ingenieros civiles, arquitectos y urbanistas aglutinados en Colegios y asociaciones proponían la obligatoriedad de drenes pluviales en las obras del tipo mencionadas, los diputados locales le cambiaron a “promover”, el entrevistado consideró que está “justificada” el cambio de la palabra, ya que en la Huasteca se proveen del vital líquido por manantiales y ríos, debido al tipo de suelo no es posible la infraestructura hidráulica.
A dicha ley le falta un reglamento, señaló, el cual los legisladores no pusieron fecha límite para elaborarlo, pero resulta apremiante tenerlo porque el 30 de diciembre el gobierno federal publicará su nueva Ley general de aguas nacionales para el manejo del recurso natural y la reglamentación estatal será indispensable pues puede ocasionar que todo nuevo desarrollo industrial, comercial o de vivienda no cuente con disponibilidad del vital líquido o no sea suficiente.