Aunque la reactivación en la Plaza del Vestido de Tulancingo resulta considerablemente buena luego de superarse las restricciones por coronavirus, el promedio de ventas no se equipara todavía al registrado en años anteriores a la pandemia, en esta actividad comercial de cada jueves que beneficia a más de mil familias.

Al respecto, Raúl Rivera Mendoza, presidente del consejo de administración de esta plaza, la que en noviembre cumplirá 32 años, reconoció que la recuperación ha sido gradual y muy buena a partir de que autorizarse el regreso pleno a los comerciantes y fabricantes, por lo que agradeció a las autoridades que se les permita trabajar al cien por ciento ya que la necesidad es apremiante para su gremio.

“Eso de descansar en una plaza una semana o más, siempre pegaba en el bolsillo. Ahorita estamos todos trabajando, sin embargo, la economía viene apenas repuntando. No esperemos que después de estar dos años confinados ahorita estuviéramos al cien; entendemos que es gradual, pero viene componiéndose de día a día”, expresó el dirigente.

No obstante, reconoció que pese a estar trabajando ya al cien por ciento, el poder adquisitivo es lento. “La gente que venía, digamos, por una docena, ahorita viene por cuatro o cinco piezas; a ellos también les pegó. Hasta que ellos terminen de recuperarse bien, eso se va a reflejar aquí en la plaza”.

En tanto, el consejo de administración y locatarios implementan las medidas sanitarias de acuerdo a lo que dicta la autoridad, pues en Tulancingo el uso del cubre bocas es aun obligatorio y “por ello, pedimos tanto a clientes como compañeros el lavado frecuente de manos y el uso de gel en los locales”.

La plaza del vestido cuenta con 600 locales, sin embargo, el comercio es mayor porque muchos comparten el espacio con algún familiar. Por ejemplo con los hijos: cuando ya van creciendo y comienzan a dedicarse a la fabricación, se van multiplicando los comerciantes.

Aunado a ello están los que andan de forma ambulante, también comerciantes, y que están regulados, con la autonomía que tiene el consejo administrativo al respecto.

“Cuidamos muchas normas. Hay quienes pueden vender sus mercancías de temporada, tratamos de seleccionarlos pero sin afectar al cliente, a fin de que tenga el espacio suficiente para realizar sus compras”, expresó Rivera Mendoza.

“Más de mil familias están beneficiados por la venta de los días jueves. Desde hace 32 años que se inició y se puso la primera piedra en la plaza del vestido, se calculó la cantidad de locales que se tiene. Hoy no tiene para dónde expandirse. Desde cierto punto es bueno porque los comerciantes cuentan con mayor variedad”.

“Desde aquel entonces nos organizamos como una sociedad civil y con recurso propio, meramente de comerciantes. Se compraron estos predios y se empezó a aportar para lo que ahora existe; no es una sola persona la beneficiada, son socios y dueños de las instalaciones”.

El dirigente reconoció que también se ha dado cabida y oportunidad de que se incorporen más comerciantes de otros puntos de Hidalgo e incluso de otros estados, ya que muchos locatarios de edad avanzada, que ya no pueden trabajar, optan por prestar y rentar a algunas otras personas su lugar, para allegarse de algún recurso económico. Esto, consideró, promueve la diversificación, ya que llegan comerciantes de otras regiones con productos diferentes.

La Plaza del Vestido recibe clientes regularmente del noroeste de Veracruz y Puebla, de casi de todos los municipios de Hidalgo, y algunos vienen del Estado de México; esporádicamente de Querétaro y la Ciudad de México, entre otros.

“Aquí hay mercancía de todo tipo. Nos buscan de diferentes lugares y todos buscan algo distinto; aquí en la región y en el municipio la gran mayoría busca la moda, lo que está en auge, ciertos colores, ciertas texturas y las tenemos; mientras que quien viene de la región rural busca ropa más ruda, de trabajo, abrigadora”.

Aseguró también que la calidad está más que probada, ya que desde cinco pesos alcanza para comprar una prenda, como un par de calcetines, “pero también te encuentras otros modelos que están arriba de los 50 pesos, por ejemplo. Hay variedad de marcas y calidades para todo tipo de bolsillo”.

Destacó que en esta temporada es común ver en la plaza grupos completos de las escuelas que vienen a seleccionar prendas, color, telas, marcas y precio, con motivo de sus graduaciones. Y de la misma forma encuentras integrantes de grupos musicales que buscan uniformarse, por poner un ejemplo.

“Así como ellos, también viene gente con posibilidades de comprar en una boutique, pero vienen a la Plaza del Vestido porque la moda llega más rápido aquí que en otros lugares y el precio es más accesible”.

Además, muchas personas de comunidades y localidades rurales de los estados de Veracruz y Puebla, por ejemplo, así como una buena cantidad de tiendas de ropa de Tulancingo y la región, acuden a surtirse para revender las prendas en sus lugares de origen, ya que en esta plaza encuentran calidad y precio.

Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, pues a raíz de la pandemia surgieron y se fortificaron en esta zona de la plaza del vestido y de la central de autobuses, otras plazas con las que conviven, comercialmente hablando.

Rivera Mendoza señaló al respecto que en el estacionamiento de la terminal de autobuses, se pretende crear otra plaza que, aseguró, vendría a afectar severamente la situación.

“Sí nos afecta, no como competencia sino porque si ya es difícil el controlar esta zona en un jueves normal, con otra plaza va a ser caótico; un verdadero cuello de botella es lo que se va a originar y la mayoría del cliente que se ve afectada en el tiempo y las comodidades, pues opta por ir a comprar a otro lado”.

Rivera Mendoza reconoció que la autoridad municipal les aseguró que no hay permiso alguno para la instalación de la nueva plaza, pero insistió en que no sería algo prudente el permitirlo.

“Somos una buena cantidad de familias los beneficiados, y en caso contrario, como se subarrendaría, los beneficiados solo serían una o hasta tres personas, nada más. Aquí cada uno hace su mejor esfuerzo y hasta ahorita hemos tenido ese respaldo”.

Los socios de la plaza del vestido cumplen con todas las normas y están debidamente regulados, y es responsabilidad de cada uno de ellos, dijo, para luego señalar:

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“De alguna manera lo que pretendemos es que llegue más clientela, no acabar con la que ya tenemos. Cuando la competencia es de igual a igual se puede ganar al cliente de diferentes formas: con trato, precio calidad. Sin embargo, cuando se desfasan mucho los precios, como yo que soy fabricante y sé que el costo de la prenda es tal y si lo traen tres veces debajo de lo que pudiera ser, me hace pensar que son de dudosa procedencia”, concluyó.