Pobladores de la localidad de Tlamimilolpa en Acaxochitlán avanzan en la elaboración de un arco ornamental para la fiesta del Señor del Colateral en este municipio. Se trata de un trabajo meramente comunitario, organizado y abierto a pobladores de todas las edades a quienes se les enseña, supervisa y alienta a que pongan -literalmente- “su granito” de maíz, o de lenteja, o de semilla de calabaza para la confección de esta pieza que en su versión final tendrá una superficie aproximada de 20 metros.
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Aunque para alguien ajeno a esta cosmovisión indígena que tanto se sostiene en sincretismo cultural, el arco bien pudiera únicamente representar una bella portada que recibe a visitantes y feligreses durante las coloridas fiestas de mayo en este Pueblo Mágico, para los lugareños de Tlamimilolpa se trata más bien de una obra de arte en la que depositan su tiempo y trabajo artesanal durante más de un mes en afán de agradecimiento a la advocación cristiana Del Colateral. En sus palabras, “es una ofrenda”.
Anayeli Hernández Saavedra, originaria de esta comunidad, cuenta que desde que tenía siete años de edad comenzó a involucrarse en este proceso. Ahora que es mayor y a casi tres décadas de distancia, tiene la responsabilidad de organizar a la comunidad que acude a su casa para la elaboración del arco. Explicó que todo está en seleccionar granos de maíz de buen tamaño y limpios, los cuales se solicitan a los campesinos de la zona.
“Van aproximadamente 40 o 50 años que se realiza. Es una ofrenda que le hacemos al Señor del Colateral, nos lleva de 20 días a un mes. El día 6 de mayo se coloca en la entrada de la iglesia, aproximadamente usamos de 30 a 40 cuartillos de maíz amarillo, pero nos hará falta. Los mismos vecinos que cosechan maíz nos hacen favor de donarlo”
Sentados en mesas acomodadas de forma casi circular, cerca de 20 personas trabajan al unísono: unos descabezando grano por grano el maíz, que por cierto es de distintas tonalidades, negro, amarillo, blanco o pinto. Otros arman secuencias de hilo con chaquirón, elemento de bisutería con el que imprimen de múltiples colores las distintas figuras que previamente se dibujaron sobre una base de triplay.
La mayor responsabilidad es para quienes se encargan de ir pegando los granos y diferentes semillas sobre el lienzo. Con astucia, riegan de botellas de resistol blanco líquido el suficiente pegamento para luego poner, uno a uno, el grano que ha de convertirse en pétalos de flores, partes de una cruz, alas de un ángel, el cuerpo del Señor del Colateral, por mencionar algunas.
“Es algo muy bonito, es algo sagrado llevar esta ofrenda a nuestro Señor, que es el que nos da todo lo que tenemos. Representamos el trabajo que vivimos, el maíz que nos da. Aunque ya no llueve como antes y se ve en las cosechas de vecinos, le pedimos que nos mande agua para las tierras”
Una vez terminado, los comuneros salen en procesión junto con el Cristo que resguarda el barrio con destino a la parroquia de la cabecera municipal, donde ya le esperan además de fieles de otras localidades, una alfombra monumental que también se elabora de forma artesanal y diaria a lo largo de la semana de fiesta en Acaxochitlán.