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Pese a que la mayoría de las escuelas en la zona metropolitana de Pachuca cuentan con tinacos y cisternas para almacenar agua, algunas de ellas como la primaria Nezahualcóyotl, ubicada sobre el boulevard Ramón G. Bonfil de la colonia Piracantos ha tenido que optar por la compra de pipas, lo que les genera un gasto extra que se ha vuelto recurrente.
Esta situación recae principalmente en las integrantes de la mesa directiva, quienes se encargan de pedir el abastecimiento para llenar los dos tinacos y la cisterna; madres de familia de las comisiones del turno matutino y vespertino, refirieron a El Sol de Hidalgo, que la falta del vital líquido les genera a todos los padres un gasto mínimo de entre 800 y mil 200 pesos a la semana, el cual puede aumentar o disminuir según sea el suministro en la zona, sobre todo en el horario matutino.
“Se paga con las cuotas y con lo que sale de la mesa directiva de las kermes que es poco; ahorita lo que hemos hecho es que si nos toca faena, y no pueden venir o no pueden mandar a un familiar, se les cobra cuota de 50 pesos”, contó una de ellas, quien prefirió omitir su nombre.
De acuerdo a la información proporcionada, la matrícula del turno vespertino, en donde la escuela cambia de nombre a Leonardo Domínguez Pérez, es de 315 alumnos, mientras que la del matutino es de 500, por lo que la mesa directiva refirió que “la escuela no es funcional sin agua”, debido a que las aulas y sanitarios se deben asear y los menores tienen que lavarse constantemente las manos antes y después de comer o de hacer sus necesidades.
Los recibos de la institución, precisaron, han llegado de más de dos mil pesos, por lo que incluso han buscado respuesta de la Comisión de Agua y Alcantarillado de Sistemas Intermunicipales (CAASIM): “En el turno de la tarde hemos mandado oficio por desabasto a la Caasim y porque nos cobran de más, se les han pedido pipas, no siempre las mandan y cuando lo hacen no hay manera de que lleguen en un horario definido, ni te avisan; además solo te dejan ciertos litros porque a ellos no les importa que esto sea una escuela”, lamentaron.
A la problemática de la falta de agua, se suma el tema de la recolección de basura, situación que también ha afectado a las escuelas de la ciudad debido a que los camiones no pasan de manera regular ni en horarios específicos, por lo que ambos turnos también han tenido necesidad de contratar camiones privados para que los estudiantes no se expongan al fétido olor, propio de la putrefacción de alimentos: “Una vez pagamos mil 200 pesos para que se llevaran toda, hicieron como cuatro viajes porque esos camiones son más pequeños que los del municipio”.
Reducir los desechos sólidos es uno de los planes que tienen en la primaria, sin embargo, esperan que poco a poco se vaya inculcando a los niños, el hábito de llevar sus alimentos en envases reciclables o contenedores: “Tenemos que ver como se resuelve porque la acumulación de basura sigue y con el calor que hace se va pudriendo, en la tarde huele horrible”, finalizaron.
Otro de los centros educativos que ha expuesto la misma problemática del desabasto de agua pero en menor proporción es el preescolar José G. Parres, ubicado en Hermenegildo Galeana del barrio de El Arbolito, en el que los padres de familia refirieron que el suministro llega cada tercer día con poca presión y en la secundaria técnica 62 de la colonia Providencia, perteneciente a Mineral de la Reforma en donde los adolescentes también se han enfrentado al desabasto.
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